Escenario de misteriosas historia y teorías, e “Triángulo de las Bermudas” es uno de los lugares más enigmáticos del mundo. Y ahora vuelve a ser noticia tras una investigación científica que reveló la presencia de una “anomalía” geológica debajo de su superficie. Se trata de una inusual capa de roca de aproximadamente 20 kilómetros ubicada bajo la corteza oceánica.
Este nivel de espesor nunca se había observado en ninguna otra capa similar en el planeta, lo que la convierte en una característica geológica verdaderamente singular. El estudio, realizado por la organización AGU | Advancing Earth and space science y publicado por la revista Geophysical Research Letters, podría reescribir la comprensión de cómo Bermudas, un archipiélago de 181 islas, parece flotar sobre el océano circundante y nunca se hundió después de que sus volcanes se apagaran hace más de 30 millones de años.
“Normalmente se tiene la parte inferior de la corteza oceánica y luego se esperaría que estuviera el manto. Pero en Bermudas, hay esta otra capa que está ubicada debajo de la corteza, dentro de la placa tectónica sobre la que se asienta Bermudas”, señaló el doctor William Frazer, sismólogo de Carnegie Science y autor principal del informe.
Esta zona del Atlántico entre Florida, Puerto Rico y las Bermudas siempre fue conocida por la desaparición de embarcaciones y aviones. Pero uno de los principales enigmas científicos es la inexplicable presencia de oleaje oceánico, algo que ahora pasaría a tener respuesta. A diferencia de otras prominentes elevaciones batimétricas como Hawái, Bermudas carece de vulcanismo progresivo a lo largo de su existencia y no posee una parte del manto profundamente arraigado ni actividad volcánica moderna.
La última erupción conocida en la isla ocurrió entre hace 30 y 35 millones de años. Las cadenas de islas volcánicas suelen estar asociadas a puntos calientes del manto, donde el material asciende y genera actividad volcánica. Sin embargo, el oleaje de las Bermudas no disminuyó significativamente a pesar de la inactividad volcánica, lo que desafió el modelo tradicional de soporte del manto.
La clave para desentrañar este misterio reside en la recién identificada capa subyacente. Los investigadores sugieren que esta gruesa capa de roca, que es menos densa que el manto litosférico circundante, podría ser el soporte isostático del oleaje. Al actuar como una especie de “balsa”, esta capa menos densa podría haber sido “inyectada” en la corteza durante la última fase volcánica de la isla, congelándose en su lugar, lo que elevó el fondo oceánico unos 500 metros.
“Comprender Bermudas, que es un lugar extremo, es importante para comprender sitios que son menos extremos y nos da una idea de cuáles son los procesos más normales que ocurren en la Tierra y cuáles son los procesos más extremos que ocurren”, señaló Frazer.
El sismólogo Frazer y su colega Jeffrey Park de la Universidad de Yale utilizaron grabaciones de una estación sísmica permanente en Bermudas para analizar ondas de 396 terremotos distantes, los cuales fueron lo suficientemente fuertes como para enviar vibraciones limpias a través de la Tierra.
A medida que avanzaban en el análisis del fenómeno, las ondas sísmicas se desviaron de manera inesperada. Y fue en ese punto donde los investigadores detectaron una capa de roca inusualmente gruesa entre la corteza y el manto. Se cree se formó por magma luego de enfriarse.
La subcapa observada, con su considerable espesor de aproximadamente 20 kilómetros, contrasta con las observaciones típicas de otras islas oceánicas, donde estas capas suelen tener entre cinco y diez kilómetros. La inusual capa de roca debajo de la corteza oceánica bajo las Bermudas empuja a la isla hacia arriba, evitando que se hunda.