Un hecho que generó preocupación entre comerciantes de Comodoro Rivadavia se registró este miércoles por la mañana en una pollería ubicada en el sector de avenida Polonia, donde una empleada sufrió una fuerte descompensación tras atender a un hombre que no era cliente habitual del lugar.
De acuerdo al relato de Indira, propietaria del comercio, a radio Del Mar el episodio ocurrió alrededor de las 10 de este jueves. El sujeto ingresó al local y desde un primer momento llamó la atención por su comportamiento insistente y por un fuerte aroma a perfume. Según explicó la comerciante en declaraciones radiales, el hombre buscó entablar conversación de manera reiterada y se acercó más de lo habitual a la trabajadora.
Siempre según ese testimonio, la situación se tornó más preocupante cuando el individuo invadió el espacio personal de la empleada y llegó a tocarle el cuello y el rostro. A partir de ese momento, la joven comenzó a sentirse descompuesta: presentó mareos, un intenso estado de somnolencia y debilidad en las piernas, lo que le impidió mantenerse en pie.
En medio del malestar, la trabajadora logró cerrar la puerta del local con llave y comunicarse con la dueña, quien arribó minutos después y la encontró en estado de shock. “Incluso varias horas más tarde seguía con síntomas, con el cuerpo vencido y mucho sueño”, señaló Indira, al remarcar que la empleada continuó afectada hasta la tarde.
Si bien no se realizó una denuncia formal, desde el comercio decidieron dar a conocer lo sucedido como una medida de prevención. La comerciante advirtió que este tipo de situaciones ya se han registrado en otras ciudades y remarcó la vulnerabilidad de quienes trabajan solos en locales de atención al público.
El episodio quedó registrado por las cámaras de seguridad del negocio, donde se observa con claridad el rostro del hombre. Según la descripción aportada, tendría unos 48 años, sería de contextura alta y presentaría numerosos tatuajes, incluso en la cara.
Desde el local llamaron a extremar cuidados y a no minimizar conductas insistentes o invasivas por parte de personas desconocidas, especialmente en comercios donde los empleados permanecen solos durante gran parte de la jornada.