Este 24 de diciembre quedará guardado en la memoria de Esquel como el día en que la esperanza se hizo presente en las calles. Tras una larga e intensa lucha que se extendió por años, la pequeña Ashley regresó finalmente a su hogar luego de haber superado por segunda vez el cáncer, cerrando un ciclo de tratamientos de alta complejidad en Buenos Aires.
La llegada a la ciudad se produjo en medio de un clima de profunda emoción. Una extensa caravana de vehículos salió al encuentro de la familia para escoltar el vehículo que trasladaba a la niña. Entre aplausos, bocinazos y muestras de afecto constantes, la comunidad de Esquel se volcó a las rutas y calles principales para darle la bienvenida a la pequeña guerrera en el ingreso a su localidad.
Un largo camino de fortaleza
La historia de salud de Ashley comenzó a sus dos años de edad, cuando fue diagnosticada con un neuroblastoma. Aquel primer diagnóstico marcó el inicio de un camino sumamente difícil para ella y su entorno familiar, atravesado por cirugías, quimioterapia y prolongadas internaciones lejos de su ciudad natal.
Luego de una primera recuperación, la enfermedad volvió a manifestarse, lo que obligó a retomar tratamientos aún más intensos y exigentes. Sin embargo, los estudios médicos realizados recientemente confirmaron el resultado más anhelado: Ashley está libre de enfermedad.
Navidad en casa
El regreso de este miércoles simboliza el cierre de una etapa de enorme sacrificio. La noticia del alta médica definitiva coincidió con la víspera de la Navidad, permitiendo que la familia pueda reencontrarse plenamente en su hogar para celebrar las fiestas.
La recuperación de Ashley no solo representa un triunfo personal y familiar, sino también un hito para toda la comunidad de Esquel, que durante años siguió de cerca cada etapa del tratamiento, brindando apoyo y acompañamiento a la distancia. Hoy, la ciudad celebra su regreso definitivo y el inicio de una nueva etapa de salud y tranquilidad.
F.P