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10 de Mayo de 2017
sociedad |

Esquel: advierten sobre tatuadores nómades sin controles

Crecen los espacios donde se tatúa sin ningún tipo de recaudos sanitarios, sin asepsia, sin higiene. Cuando la salud está en riesgo.

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Los tatuajes se han incorporado a nuestra fisonomía corporal como un elemento cotidiano más. No es nueva, sin embargo, sino que hunde sus raíces en muchas civilizaciones ancianas como el Antiguo Egipto, el Japón imperial o las culturas precolombinas. En todos estos lugares el tatuaje tuvo la función de distinguir a un grupo de personas del resto, ya fuera como sacerdotes, delincuentes, prisioneros o descendientes de familias aristocráticas.

Los tiempos cambian y los motivos por los cuales las personas se tatúan también. Las edades varían y ya no es “cosa de jóvenes”, todos tienen un motivo y la cultura del tattoo se ha instalado. Va más allá de una moda, de algo pasajero. Es un arte que ha adquirido importancia, una manera de manifestar un sentimiento, un recuerdo, un homenaje.

 

Ahora bien, ¿qué sucede cuando no se elige el local correcto para tatuarse? ¿Cuándo el lugar no cuenta con los elementos de seguridad y sanidad necesarios para este procedimiento?

 

En Esquel el auge por los tattoo no permanece ajeno. Existen en la cuidad locales habilitados, que cumplen con las normas de seguridad, higiene y asepsia. Que pagan impuestos e inclusive cuentan con “desechos patológicos”, algo que se exige y que debe ser cumplido a rajatabla.

 

Han llegado a Red43 varios mensajes que advierten sobre la práctica de este arte en lugares y casas (propias o alquiladas) donde tatuadores brindan sus servicios. Incluso algunos llegan desde otros puntos del país, alquilan “una habitación” (sucede cerca de la terminal de Esquel, en el Barrio Malvinas, y en el Barrio Buenos Aires, entre otros) y tatúan en un espacio de 2×2 sin elementos de seguridad, sin sala de espera y, lo que es más preocupante y riesgoso, sin “Sala de Esterilización”. Pero claro, el precio es “más accesible” (porque además no pagan ningún tipo de impuesto, ni seguro), por lo que muchos priorizan “el billete antes que la salud”. La preocupación de los espectadores de Red43 son las consecuencias que genera la falta de controles sobre estos tatuadores, y, además, que no solo los resultados no son los esperados, sino que en muchos casos se han registrado infecciones y reacciones alérgicas producto de la mala desinfección de los elementos o la dudosa procedencia de los colorantes. 

 

Una Ley (adaptada a cada provincia, partido y/o municipio) establece normas sanitarias básicas para la práctica de tatuajes y perforaciones, con la finalidad de prevenir y proteger la salud tanto de los usuarios, como de quienes los brindan. Es necesario que quienes vayan a realizar los tatuajes o las perforaciones reciban un conjunto de capacitaciones obligatorias asesoradas por las entidades acreditadas para cada uno.

 

Las Normas sanitarias básicas incluyen:

 

-Esterilización, higiene y bioseguridad (por tanto, debe existir una sala de esterilización habilitada que a su vez cumple con rigurosas normas).

 

-Anatomía de la dermis y nociones generales.

 

-Primeros auxilios.

 

-Uso de materiales y herramientas.

 

-Nociones generales de materiales.

 

Debe tener una recepción para los clientes, proveedores u otros, separada del estudio en que se realizarán los tatuajes, las perforaciones o cualquier tipo de modificación. Este debe cumplir con las dimensiones y condiciones de iluminación y ventilación de locales de cuarta clase.

 

El área del local en la que se realizarán tales modificaciones debe tener tránsito restringido. Más precisamente, es exclusivamente para los artesanos y las personas que desean efectuarse la modificación corporal.

 

Está prohibido consumir bebidas o alimentos en el área en la que se realizan las modificaciones. En el caso en el que una persona necesite consumir alguna bebida o alimento durante el proceso (hipotensos, hipoglucémicos, etc.) deberá comunicar al tatuador o perforador antes de comenzar con la actividad.

 

El piso del área destinada a tatuar o perforar deberá estar construido en un material “no poroso” y de fácil higiene (cerámicos, vitrificados, porcelanatos o vinilos) además, está terminantemente prohibido el uso de alfombras o maderas.

 

Todas las superficies que se hallen en contacto con la piel del cliente deberán estar aisladas mediante el uso de campos similares a los de uso quirúrgico, los cuales deberán ser desechados como residuos patogénicos.

 

Todas las superficies que se hallen en contacto con insumos o herramientas deberán ser tratadas con idénticos recaudos, con excepción de aquellos que conforme las normativas vigentes permitan su reutilización previa desinfección y esterilización. Motivos para elegir un local habilitado y no el living, el dormitorio o la cocina de un amigo o conocido.

 

Cada local deberá contar con un método de esterilización eficaz y eficiente, destinado al tratamiento de los materiales de reutilización. Los equipos de esterilización deberán ser controlados conforme lo estipulado por el A.N.M.A.T. los cuales se actualizarán según normas validadas. Esto es indispensable, elemental y básico, nadie puede tatuarse en un espacio que no posea “Sala de Esterilización”, deben ser muy exigentes con este punto, está en juego la salud. Un motivo más que significativo para seguir eligiendo un local habilitado.

 

Ahora bien, ¿qué sucede si las normas de seguridad no se cumplen? Si no te garantizan condiciones de asepsia, ¿quién garantiza que los colorantes, tintas, pigmentos utilizados están habilitados? ¿Cómo saber que están “metiendo en tu piel? ¿Qué los tatuadores poseen conocimientos básicos sobre cómo y en que capa tatuar?

 

Como toda práctica agresiva con el cuerpo, el tatuado requiere una serie de prevenciones higiénicas, posee regulación legislativa e implica asumir ciertos riesgos nada desdeñables. Existen situaciones desagradables en las que nos podemos encontrar si nos hacemos un tatuaje en cualquier sitio, que no cumpla las normativas vigentes, como por ejemplo infecciones bacterianas, fúngicas y víricas.

 

El tatuado es una actividad profesionalizada donde la mayoría de los tatuadores cumplen estrictamente los protocolos de higiene y esterilización de instrumental. Lejos quedan los tiempos en que un tatuaje podía ser el vehículo de todo tipo de infecciones, dérmicas e incluso peores: se han relatado casos de transmisión de VIH o hepatitis por no cambiar de aguja entre un cliente y otro. Pero, aunque estos accidentes ya no ocurran, las normas no siempre se observan al máximo. Corremos el peligro de encontrarnos con que los colorantes estén caducados y contaminados por usar una de dilución no esterilizada.

 

Un tatuaje es (por decirlo de una manera sencilla) una serie de punciones que traspasan la piel. Primero se traspasa la epidermis y se llega hasta la dermis que es la capa de piel donde se deposita la tinta. La epidermis es la capa externa de la piel y a diferencia de la dermis sus células se están regenerando constantemente mientras que en la dermis no se produce esa renovación, las células son más estables y es por esta razón que la tinta no se elimina. Para llegar a la dermis no hace falta traspasar más de 2 milímetros, aunque esta medida puede variar un poco dependiendo de la piel de cada persona.

 

Si se profundiza más de lo necesario se pueden provocar queloides (cicatrices abultadas), el dolor será mucho mayor, el sangrado será abundante (cuando no se tiene porque sangrar) y la cicatrización será mucho más lenta ya que se rompe mucho la piel y le cuesta mucho más regenerar y el riesgo de infección es mayor. Todo esto sucede cuando la aguja llega a la hipodermis que es la tercera capa de piel. Además de ser peligroso para la salud el resultado del tatuaje no mejora, por lo que estéticamente también se estará afectado.

 

Sobran entonces los motivos para elegir un local habilitado, que cumpla con las normas sanitarias y de asepsia. Que te brinde seguridad y confianza. Y recorda que el tatuaje es para toda la vida, que alguien que tatúa en una casa te puede cobrar menos, puede tener noción de tatuajes…pero no te brinda higiene, ni seguridad y, por tanto: no te da tranquilidad.

 

Hay una serie de frases que parecen frases hechas, pero que verdaderamente son muy ciertas: la salud no tiene precio, mejor prevenir que curar, lo barato sale caro. Tu plata vale, pero tu salud vale aún más.

 

El tattoo es una inversión. Informate, asesorate y exigí.

 

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