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11 de Diciembre de 2017
opinion |

“Gardel no sabía música”

Historias y anécdotas del 2x4 en tres minutos

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¡Esperen! Enseguida paso a explicarles. Se perfectamente que suena pésimo ese título. En primer lugar los lectores saben que no es nada original elogiar al Zorzal Criollo. Y como no quiero serlo tampoco yo, al menos hoy, les quiero contar acerca de esta carencia o si quieren defecto, para hablar un “poquitito mal” del Morocho del Abasto. Pero también sepamos que ese déficit lo sobrellevó perfectamente bien. ¡Sí, y sin saber música!

 

Uds. seguramente están pensando…y esa dupla Gardel-Le Pera? ¿Cómo, no es que Gardel la música y Le Pera la letra? Si, tienen razón. Gardel era el compositor y Alfredo Le Pera el autor, y qué autor! ¡Un poeta! Pero no es este el tema a tratar acá. Entonces vayamos al grano. Antes, como dato interesante, les cuento que al Mudo (Gardel), se le adjudican unas 140 creaciones, de las cuales el 50 por ciento no son tangos, son cifras, estilos, vidalitas, tonadas, valses, zambas, y las inespecíficas “canciones”. Y esto es real, hizo esas composiciones sin saber música. Claro, lo cierto es que no conocía la escritura musical, el idioma del pentagrama, ante lo cual se encontraba ante el primer obstáculo. Pero Gardel tenía en su cerebro la melodía, entonces componía cantándosela al músico para que este la anotara en el pentagrama, la mayoría de las veces el músico era Terig Tucci, que es el director de la orquesta que han visto en la mayoría de sus películas y con quien grabó sus últimas y más conocidas obras. La cosa se complicaba cuando sintiéndose inspirado, y no estando Tucci con él, se le ocurría alguna melodía, pero como se encontraba inhabilitado de anotarla, allí estaba frente a su segundo obstáculo. Y acá recurrió a su ingenio. Contaba Tucci en un reportaje, que Gardel le decía que al acostarse se le ocurría una melodía de tango, y en el afán de querer fijarla la cantaba unas veinte veces para que se grabara en su mente. Y si se encontraban de gira hasta llegó a despertar a Le Pera para cantársela y que este le ayudara a recordarla cuando llegara Tucci. Pensemos que aún faltaban más de un par de décadas para que aparecieran los grabadores de bolsillo, (el primer grabador portátil fue el  EL3300 de Philips, lanzado en EEUU bajo la marca comercial Norelco, en 1964).

 

La solución al problema de los olvidos de Gardel finalmente llegó con un curioso y rudimentario sistema. Gardel colocaba letras a las teclas que utilizaba: A, B, C, D, E, y números para indicar la duración del sonido. Un método sencillo pero muy ingenioso que permitió al Zorzal por un lado plasmar su inspiración y sin saberlo trascender en la historia de los compositores del tango, y además cumplir con el contrato al que estaba obligado, donde constaba que debía escribir y cantar cuatro canciones por película. Por último, en aquel reportaje, Terig Tucci recordaba: “Era rara la mañana que no me encontrara yo con el piano forrado de papel”. (se estaba refiriendo por supuesto a las letra y números que aparecían pegadas en las teclas). El último dato que les quiero acercar es que el método de composición de Gardel consistía en improvisar con su canto una frase melódica sobre una línea poética que Le Pera le suministraba. Es decir primero la letra y después la música.

 

Como ve, Querido Lector, con esta columna de hoy no quise ser original, elogiando al más grande del tango. Habrán notado que esto que empezó como una crítica sangrienta al Morocho del Abasto, termina demostrando como su capacidad también daba para componer sin saber música; y bue… como en la frase final de la película “Una Eva y Dos Adanes”: Nadie es perfecto !

 

Hasta la próxima. Y aquí les dejo con una de sus máximas composiciones, Sus ojos se cerraron, con la orquesta de Tucci del 19 de marzo de 1935.

 

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