18 de Agosto de 2018
sociedad |

Desperdicio: en Argentina, cada año se tiran 38 kilos de comida por habitante

Según cifras de la FAO, en el país se desperdician 16 millones de toneladas de alimentos anualmente. A partir de distintas iniciativas, hay organizaciones que intentan “rescatar” los víveres antes de que se desechen.

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Para algunos expertos se trata de una cuestión cultural, otros lo asocian con la falta de una legislación que simplifique el sistema de donación de alimentos o también apuntan a la falta de políticas públicas que promuevan la concientización. Las cifras son alarmantes: en la Argentina se desperdician 16 millones de toneladas de comida al año, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

 

Esto representa, según las últimas estimaciones, que se tiran anualmente alrededor de 38 kilos de alimento por habitante.

 

El dato no es menor si se tiene en cuenta que, según indica el Ministerio de Agroindustria, ese desperdicio representa casi el 13 por ciento de la producción total nacional en un país que se caracteriza por su gran calidad y producción alimentaria y que a la vez tiene índices de pobreza que rondan el 30 por ciento.

 

El caso argentino no está aislado de lo que ocurre en la región. De acuerdo a cifras de la FAO publicadas en 2017, en América Latina se tiran 348.000 toneladas de alimentos por día, lo que representa un desperdicio de 127 millones de toneladas de alimentos al año.

 

Los expertos apuntan que estas cifras de desperdicio involucran a toda la cadena agroalimentaria, desde la producción primaria hasta el consumo en hogares.

 

Además, agregan que esto se traduce en un costo económico, social y ambiental muy significativo.

 

AL RESCATE DE COMIDA

 

En la Argentina, de distintos modos y con estrategias diversas, existen organizaciones "rescatistas" de comida que está por desecharse o iniciativas que intentan concientizar a la población para evitar el desperdicio.

 

Uno de los métodos más extendidos es el de los bancos de alimentos.

 

"Los bancos contribuyen a reducir el hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimentos. Lo hacen rescatando alimentos aptos para el consumo humano antes de que sean desechados, por lo general porque perdieron valor comercial", explica Natascha Hinsch, directora ejecutiva de la Red de Bancos de Alimentos de la Argentina.

 

"Nuestra tarea es muy importante, con gente que cada vez lo necesita más", apunta.

 

Entre otras misiones, los bancos se encargan de almacenar, clasificar y distribuir distintos tipos de alimentos que reciben como donación por parte de empresas productoras de comida, de supermercados, mercados de frutas y verduras y productores agropecuarios, entre otros.

 

Desde esa organización destacan que los más de 15 bancos que funcionan en el país luego distribuyen estos productos entre comedores, merenderos y distintas entidades que dan de comer a poblaciones vulnerables.

 

Según sus estimaciones, entre 2003 y 2017, la red logró rescatar y distribuir 85.790.826 kilos de alimentos entre sus entidades beneficiarias, lo que suma alrededor de 257 millones de platos de comida.

 

Por lo general se trata de donaciones de productos que perdieron valor comercial por distintos motivos pero que se encuentran en buen estado.

 

A veces puede ser porque se trata de un producto que tiene un error de packaging, de una etiqueta que está mal impresa, o que tiene un error en la impresión del peso", explica Hinsch.

 

Marisa Giráldez, del Banco de Alimentos de Buenos Aires, una entidad que nació en 2001 y que trabaja entre la Ciudad y el Conurbano, asegura que esa entidad rescata alimentos "dentro de la fecha de vencimiento y sin que estén alterados" para distribuir entre más de 900 instituciones como merenderos, centros de rehabilitación y comedores comunitarios.

 

"Llegamos a 120 mil personas y el 75 por ciento de ellos son chicos y adolescentes", explica

 

UNA LEY INCOMPLETA

 

En los últimos años, los bancos de alimentos están buscando que el Congreso nacional actualice la llamada "Ley Donal", que desde 2004 regula la donación de alimentos en la Argentina.

 

El objetivo de la norma es incentivar las donaciones de alimentos para ayudar a satisfacer las necesidades de las poblaciones más vulnerables, con reglamentaciones que estipulan quiénes pueden donar, qué productos, cómo debe hacerse y los derechos y obligaciones de cada parte.

 

Según explicó la titular de la Red de Bancos de Alimentos, la redacción original de la ley establecía en su artículo 9 que, en caso de haberse entregado los alimentos en buena fe, cumpliendo con las exigencias bromatológicas y de inocuidad del código alimentario argentino, "el donante quedará liberado de responsabilidad por los daños y perjuicios que pudieran producirse" luego de producida la donación.

 

Sin embargo, ese artículo fue vetado el mismo año que se vetó la ley.

 

"La norma vigente no contempla una disposición que limite la responsabilidad del donante y, por ende, hoy en la Argentina, el donante de alimentos no tiene ningún resguardo legal", señala Hinsch. Esto hace que muchas veces las empresas o los posibles donantes "no se animen o sientan temor" por posibles consecuencias legales, apunta.

 

Lo que están pidiendo ahora las entidades que reciben donaciones de alimentos es que vuelva a incorporarse el artículo vetado.

 

"Estamos confiados en que esta vez se pueda tratar, ya que tiene media sanción y pasa al Senado con mínimos cambios", explicó la titular de la Red.

 

Tal como informó esta semana Mercedes Nimo, Directora Nacional de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria y quien coordina el programa nacional de reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos, "hoy si las empresas quieren donar alimentos podrían, pero hay un temor legal, si alguien tiene un problema o quiere iniciar una acción legal contra la empresa, ésta es solidariamente responsable ante la situación". (Infobae)

 

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