14 de Noviembre de 2019
deportes |

“Mi vida dependía de una máquina”

Lo señaló la tucumana Mariana Jiménez, quien hace 25 años recibió un riñón de su madre

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Las historias son muchas y todas increíbles. Los Juegos Patagónicos para Personas Trasplantadas son mucho más que una competencia deportiva. Es saber que luego de un trasplante, la vida es posible y muchos de ellos viven mejor después de un momento de tormenta.

 

Mariana, una joven mujer tucumana, recibió un riñón cuando era adolescente, de un donante vivo, precisamente de su madre, con todo el acto de amor que eso significa.

 

Y ella, con su sonrisa a plena, está en Esquel. Y comparte su alegría de vivir con todos quienes la rodean en estos juegos.

 

“Es increíble el cambio de estar en Dialcer a ser trasplantada, te cambia la vida” fue lo primero que destacó, aunque la siguiente frase fue fuerte: “mi vida dependía de la máquina”.

 

“Tenía 15 años cuando me trasplanté. El riñón me lo dio mi mamá y la actividad física que yo hacía era la de la escuela”.

 

“Con el tiempo en Tucumán conocí a un grupo de amigos de la fundación “Trasplante y Vida” y ellos me animaron a participar en estos juegos y ésta de Esquel es mi quinta participación en estos juegos. Ya lo hice en Nacionales y Latinoamericanos, ese que tuvo lugar en Salta el año pasado”.

 

Participará en los Juegos Patagónicos en la disciplina de atletismo, donde será parte de la marcha y las pruebas de pista que van de los 100 metros y 200 metros. Además se anotó en Tejo.

 

“Te aseguró que después del trasplante empecé a hacer un montón de cosas, antes no tenía ánimo de nada. El trasplante te cambia la vida, es increíble, el cambio es total”.

 

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