07 de Marzo de 2021
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La historia de tres ladrones de bancos que se instalaron en Cholila

Butch Cassidy y Sundance Kid eran famosos por ser ladrones de trenes y bancos estadounidenses. Eligieron Cholila para tener una vida tranquila como ganaderos pero fueron perseguidos. En el lugar, hay una vieja cabaña de troncos que presume haberlos alojado entre 1901 y 1905.

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Robert LeRoy Parker y Alonzo Longabaugh, alias “Butch Cassidy” y “Sundance Kid” respectivamente, huyeron de Estados Unidos y dejaron su banda, The Wild Bunch (“La Pandilla Salvaje”), cuando el asedio de la justicia los estaba buscando. Llegaron al puerto de Buenos Aires , en marzo de 1901 con nombres falsos: Butch Cassidy eligió el de James Ryan y Sundance Kid se hizo llamar Harry Place. Junto con ellos, apareció la figura de Etha Place, pareja de Sundance.

 

 

 

 

Una vez en la ciudad, de inmediato se alojaron en el Hotel Europa, que daba al Río de la Plata. Se estima que eligieron Argentina como lugar para esconderse, debido a la gran cantidad de publicidades que abundaba en las revistas internacionales de la época para capturarlos. Es por ello que los alentó a poblar las tierras de la Patagonia, que el Estado argentino difundía como inhabitadas.

 

 

 

 

 

Los hermanos George y Ralph Newbery, dentistas y vicecónsules de Estados Unidos en Buenos Aires,  recibieron a Butch Cassidy y Sundance Kid, ocultos detrás de sus identidades falsas. Los mismos fueron los que les sugirieron instalarse en la Patagonia. Los hermanos Newbery, que tenían intereses en Neuquén, al norte del Lago Nahuel Huapi, en la zona de la estancia La Primavera, anhelaban poblar la zona de inmigrantes anglosajones para a futuro solicitar que se les permitiera erigir una colonia allí.

 

Los Newbery les comentaron a los recién arribados que de Bariloche al sur había muchas tierras disponibles. Los falsos inmigrantes expresaron su deseo de instalarse para desarrollar emprendimientos ganaderos. Dos meses después, junto a Etha Place, tomaron un tren en la estación de Constitución en Buenos Aires y, tras pasar por Bahía Blanca, arribaron a Neuquén. Con asistencia de un baquiano, finalmente se instalaron a orillas del Río Blanco, en Cholila, que en esos días contaba con tan sólo seis familias.

 

 

 

Tras abrir una cuenta en la sucursal porteña del Banco de Londres y el Río de la Plata, con el dinero que habían traído de Estados Unidos, adquirieron medio centenar de hectáreas del noroeste del Chubut, al pie de la Cordillera de los Andes. Allí se dedicaron a la ganadería vacuna y ovina, y a la cría de caballos. Investigaciones refieren que en 1902, Cassidy, con su nombre falso se presentó en la Dirección de Tierras y Colonias de Buenos Aires, informando que había colonizado unas 625 hectáreas y reclamando su título de propiedad.

 

 

 

Mientras los bandoleros avanzaban en sus reinvenciones identitarias como empresarios ganaderos patagónicos, la empresa Pinkerton había dispuesto hacer espionaje a toda la correspondencia que llegara de parte de Butch Cassidy y Sundance Kid a sus familiares y amigos en los Estados Unidos. Así descubrieron que habían huido hacia la Argentina. A su caza partió el detective Frank Dimaio, quien arribó al país en marzo de 1903 con el solo fin de detenerlos. El clima patagónico retrasó su viaje. Mientras tanto, desde Norteamérica veían con buenos ojos que los prófugos se mantuvieran a distancia.

 

 

 

Butch Cassidy le contó a una amiga en una carta algunas palabras sobre la idea inicial de los bandoleros, que era establecerse en la Patagonia para vivir el resto de la vida en paz, alejados de la delincuencia y a salvo de la persecución de la Justicia.

 

“Tengo 500 vacunos, 1500 ovinos, 28 caballos de silla, dos peones que trabajan para mí, además de una casa de cuatro habitaciones y galpones, establo, gallinero y algunas gallinas. Los Estados Unidos me resultaron demasiado pequeños durante los últimos años”

 

 

Los robos 

 

Los robos de “The Wild Bunch” se hicieron famosos no solamente por sus dimensiones (bancos y trenes), sino también por la planificación que había detrás. Se cuenta que solían llegar mucho antes a los lugares para estudiarlos bien y hacerse conocidos de la gente. Y que para facilitar la huida, cortaban los cables del telégrafo y tenían caballos ubicados en postas preestablecidas. También se destacaba que no apelaban a dejar muertos inocentes en el camino de sus actos delictivos.

 

La huida

 

El asalto al Banco de Tarapacá y Argentina en Río Gallegos, el 14 de febrero de 1905, por parte de dos bandidos angloparlantes, precipitó a la empresa Pinkerton a intentar detener a Butch Cassidy y Sundance Kid, a quienes se los señalaba como principales sospechosos.

 

El comisario Edward Humphreys, un argentino galés amigo de Butch Cassidy, desde Trelew les informó que la agencia de detectives Pinkerton estaba en la Patagonia, buscándoles. A partir de allí, el plan se trastocó y los bandoleros empezaron a planificar la nueva huida. El gobernador de la época, Lezana, ya había emitido una orden de arresto.

 

Liquidaron toda la hacienda, vendieron las mejoras que habían realizado y un derecho de posesión a una compañía chilena. Saldaron todas las deudas que habían sostenido durante cuatro años con su círculo social y comercial. Enviaron cartas de despedida. Cuenta la historia que sus vecinos y amigos se sorprendieron cuando se hicieron públicas sus verdaderas identidades. Unos pocos habrían sabido verdaderamente quiénes eran. El mencionado expediente de mil páginas recoge las últimas cartas en las que saldan las deudas, puntillosamente, con cada acreedor.

 

Con uno de sus peones, el trío huyó a San Carlos de Bariloche y se embarcó en el vapor El Cóndor por el Lago Nahuel Huapi. Cruzaron la frontera por el Paso Pérez Rosales y arribaron a Chile por Petrohue, desde donde siguieron hacia el lago Llanquihue y de allí a Puerto Montt. Un tren a vapor los depositó en Valparaíso y de allí siguieron su ruta hasta Santiago de Chile. El mencionado itinerario era promocionado como un recorrido turístico.

 

El 19 de diciembre, de regreso en Argentina, junto a una cuarta persona, robaron el Banco de la Nación de Villa Mercedes, San Luis. Perseguidos nuevamente, volvieron a cruzar hacia Chile para resguardarse.

 

Un final de película

 

Etha Place regresó a los Estados Unidos. Butch Cassidy se creó una nueva identidad, Santiago Maxwell, a través de la cual consiguió trabajo en la mina de estaño Concordia en Santa Vera Cruz, en los andes centrales bolivianos. Allí se reunió nuevamente con Sundance Kid, cuando volvió de dejar a Etha en los Estados Unidos. Si bien parecía que por fin los bandoleros iban a abandonar el delito para retomar la idea de una vida más normal, el 3 de noviembre de 1908 asaltaron a un correo de una mina, que llevaba consigo el dinero de los salarios de los obreros.

 

Tres noches después, el 6 de noviembre, la policía y el ejército rodeó la casa en la que se escondían, en San Vicente, y tras un intenso tiroteo, los encontraron sin vida en el interior. Estudios forenses estimarían que no murieron alcanzados por las balas de sus perseguidores, sino suicidados ante el asedio. (Fuentes: Secretaría de Turismo de Esquel- Infobae).

 

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