“Y un día Joaquín me preguntó que estamos haciendo acá y le dije: jugamos a hacer carreritas”

Fue una de las personas que más lloró cuando un pueblo entero recibió a Joaquín Arbe, tras haber logrado el pasaporte a los Juegos Olímpico de Tokio. Aquel Maratón de Buenos Aires fue el inicio de esta historia, o mejor dicho el inicio estuvo antes, mucho antes, tal vez el inicio haya sido en una pequeña escuela de atletismo barrial en el Sargento Cabral.

Verónica Ramírez fue la de aquel llanto. Y tenía motivos para llorar. Fue la primera entrenadora de Joaquín Arbe, el mismo Joaquín que el próximo 8 de agosto correrá el maratón en un Juego Olímpico.

Todo tiene un inicio, aunque los genes y la personalidad ya viene de antes. Joaquín Arbe conoció “las carreritas”, cuando era un niño y fue en el barrio Sargento Cabral.

- ¿Cómo lo conociste a Joaquín?

- A Joaquín lo conozco desde muy chiquito, yo era profesora de la escuela municipal del barrio Sargento Cabral, cuando las escuelas eran barriales y llegó un día y me preguntó ¿qué están haciendo acá?, y acá jugamos a correr carreritas, le dije. Y se quedó con nosotros a jugar.

Y desde ese día Joaquín se sumó todos los días desde las 18.30 hs y se quedaba a jugar con nosotros.

JOAQUÍN ERA MUY TRAVIESO

“Yo lo veía y ya me parecía que era distinto, que era diferente. Estuvo con nosotros un tiempo y le recomendé que vaya a la pista, porque consideré que ahí podían sacarle mucho más el jugo, que lo podían preparar mucho mejor” destacó la “Pitu” Ramírez a este medio.

“Siempre creímos en lo que era capaz de hacer, lo recuerdo así, muy travieso, arriesgando siempre y todo eso que tiene, internamente, lo llevó hoy a estar en Tokio”.

La “Pitu” sabe lo que estar en un Mundial, aunque su especialidad es el Trail. Claro que el sacrificio es el mismo. Y la garra y el corazón también.

“Quienes hace tiempo nos dedicamos a este deporte sabemos lo que es el sacrificio de poder competir a un nivel nacional e internacionales y estos dos atletas llegan a Japón con eso mismo, con garra, con corazón y con sacrificio. Para mí esto es motivo de un orgullo muy grande, yo lo decía la otra vez, yo me siento en Tokio, y eso lo digo del corazón”.

“Sentir que tanto “Coco” como Joaquín van estar representándonos a todos será una fiesta para todo Esquel. Yo deseo fervientemente que les vaya re bien, que lo disfruten mucho, que aprendan mucho porque esta es una experiencia única, como cuando me tocó a mí vestir la camiseta del seleccionado argentino cuanto participé del Mundial de Trail, es algo que no te lo olvidás nunca más en la vida”.