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12 de Febrero de 2023
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Ganó 100 millones en un casino pero nunca le pagaron: que es de la vida del hombre que fue millonario por un día

La historia de Antonio Miranda que sigue esperando por el premio de un tragamonedas. Tuvo problemas de salud y no tiene trabajo. Hará una demanda ante la justicia. Ocurrió en julio de 2022 en Río Gallegos.

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Por Carlos Guajardo



Antonio tenía que esperar por unos trámites en Río Gallegos y para hacer tiempo, fue a jugar unos pesos a la maquinita del casino de la capital de Santa Cruz. El frío helaba los huesos ese 7 de julio del año pasado y el viento, aunque viejo, seguía soplando con intensidad.
Antonio se sentó frente a una maquinita. Tenía seis mil pesos. Y empezó a apostar. De pronto, una serie de luces se iluminaron frente a él y la máquina le daba la gran sorpresa de su vida: había ganado 100 millones de pesos. Una cifra inusual en este tipo de apuestas, pero que se hacía realidad frente a los ojos de este albañil que había viajado desde Luis Piedrabuena, donde reside. El casino desconoció la cifra y nunca le pagó a Antonio Miranda. Ni 100 millones. Ni nada.

A los 56 años espera en su lugar en el mundo que el casino le responda. Ahora no tiene trabajo, sufrió problemas con su presión arterial por todo el nerviosismo que le causó el tema y le dijo a Red43: “Hay que esperar, no queda otra. Me quieren arreglar con monedas. Pero no lo vamos a aceptar”.

Gustavo Insaurralde es el abogado de Antonio. Tiene el estudio en Río Gallegos y lo representa desde el primer momento en que ganó una
fortuna en la maquinita. “La cuestión quedó estancada desde el momento en que el casino no respondió más. Por lo que pasada la feria judicial
decidimos iniciar una demanda”, le cuenta a Red 43. Y agrega: “Ofrecieron una cifra ínfima que incluso es menor a lo que las máquinas pagan como premio mayor”.

 

 


La máquina de los millones.

 



Para el profesional “no hay voluntad de mejorar la oferta. Ni siquiera de dialogar. Por lo tanto, no tenemos otro camino que el de ir a la
justicia. Ellos (por los dueños del casino) siguen aduciendo que hubo un error en la máquina. Pero esa máquina estaba habilitada para jugar
y por eso Antonio se sentó frente a ella. Y pasó lo que pasó”.
 
Insaurralde dijo que “es una realidad que la máquina dio esa cifra. Las pruebas están porque Antonio le sacó una foto apenas vio el monto.
Y además hay antecedentes de temas iguales. Ellos saben que si vamos a la justicia van a perder. Pero los tiempos de la justicia son muy largos. Y tal vez especulan con eso”. Cuenta también lo que tuvo que sufrir Antonio después de lo que pasó: “El tema le hizo mucho ruido en su cabeza. Por eso, tuvo problemas de salud e incluso un accidente en el trabajo. Para colmo, falleció su padrastro. Por lo tanto, vamos a seguir adelante y a esperar que, como estamos seguro que va a pasar, la justicia nos de la razón porque Antonio fue a jugar y ganó un premio de manera legítima”.

Cuando Antonio Miranda recurrió al estudio de abogados, lo primero que hicieron los letrados fue intentar ponerse en contacto con autoridades
del casino. Pero nadie atendió. Hicieron la denuncia a Defensa del Consumidor pero la respuesta del casino fue terminante: “Manifestamos
y ratificamos la improcedencia del reclamo presentado por Miranda y del reclamo de sumas exorbitantes, ello en virtud de que las mismas no
fueron causa de premio alguno sino más bien de un error (producto de la falla del sistema) incurrido por la máquina en cuestión”. Fue lo último.

 

 


Miranda frente al casino.

 



Antonio Miranda está ahora en Luis Piedrabuena. Tiene 56 años y trabaja como obrero de la construcción desde los 16. Es hijo de madre
soltera y tiene tres hermanos. En Buenos Aires formó una familia y se radicó en Luis Piedrabuena tratando de mejorar su vida. Tiene tres
nietas. Y vive en un departamento que alquila por 30 mil pesos por mes. Su familia está en Formosa. “Mi madre me tuvo a los 16 años y
sola nos crió a los 4 hijos. No fue una vida fácil la que tuvimos por eso siempre hubo que salir a trabajar, desde chicos, para salir adelante”.

Recuerda que el día que el tragamonedas empezó a hacer luces y ruidos un empleado del casino lo felicitó y le dijo “ya vuelvo para tomarte
los datos”. Pero cuando eso ocurría apareció la encargada de la sala y le dijo que no me iba a pagar el premio porque la máquina tenía un
desperfecto. Antonio se desconcertó y atinó a pedirle un celular a una mujer para sacarle una foto a la máquina donde constaba el premio. “
Me retiré de la sala y a la hora volví buscando una respuesta pero nunca me la dieron. Entonces fue que tomé contacto con el doctor
Insaurralde y su estudio. Y después pasó todo lo que pasó”.

Así es la historia de Antonio Miranda. El hombre que se sintió millonario por un día pero que nunca imaginó que ese premio de 100
millones de pesos iba a traerle casi la misma cantidad de problemas. Y que nunca, al menos hasta ahora, los iba a tener en su bolsillo.

 

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