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01 de Marzo de 2023
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Dejaron a la perrita atada a un árbol y sin comida: Ahora tendrán que pagar una multa

La pareja abandonó la casa y también a su mascota. Los vecinos la vieron tan flaca que hasta se le notaban las costillas. Ahora, encontró un nuevo hogar.

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Una joven pareja decidió separarse y no se acordaron de un detalle: tenían una perra en común a la que dejaron abandonada. Por eso, la justicia les hizo pagar una multa de 11.000 pesos ya que al momento de ser encontrada “a la mascota se le veían hasta las costillas”, signo evidente que había pasado hambre durante un largo tiempo. Ocurrió en la localidad de Centenario, en Neuquén y la imagen de la perrita llamada “Kimba” se hizo viral inmediatamente. Tras la denuncia de vecinos, el joven dijo que no podía hacerse cargo porque trabajaba 12 horas por día. Y la mujer directamente desapareció aunque la justicia pudo localizarla y notificarla de la multa por maltrato animal.

 

Siempre hay algunas cuestiones que hacen traumática una separación de pareja. Eso es bien sabido. La tenencia de los hijos, los bienes materiales. Pero este no fue el caso. La pareja, de unos 30 años de edad cada uno llevaba poco tiempo de casados y no tenía hijos. Tampoco demasiados bienes como para que se creara una controversia al respecto. En este particular caso, la que quedó en el medio del desamor y sola, atada a un palo a pleno rayo del sol, fue “Kimba”, una perra pitbull de tres años, la mascota de la joven pareja.

 

La perra fue dada en adopción luego de una denuncia de vecinos por maltrato animal, en un barrio de la meseta de Centenario. La veían flaca cada vez que pasaban por enfrente de la casa de sus dueños. “Se le notaban las costillas”, decían los vecinos, cuando la miraban desde el otro lado del alambrado y le tomaban fotos.

 

Todo esto sucedió cuando la pareja se desarmó y el animal, que habían adoptado ambos, quedó a la deriva. Al parecer, ninguno de los dos quiso hacerse cargo del alimento y el cuidado. ¿Fue desidia o rencor? ¿Y qué tenía que ver el animal? Más allá de esas preguntas, fueron los vecinos quienes advirtieron semejante crueldad y decidieron encauzar un reclamo.

 

Es que veían que “Kimba” se pasaba la tarde atada cerca de un alambrado, justo a finales del año pasado, cuando ya comenzaba a sentirse el calor. De milagro, la perra está viva, porque unos meses después, las temperaturas superaron los 40 grados. Y para colmo, en un barrio donde a veces ni llegaba el agua potable en todo el día.

 

Los vecinos no dudaron e hicieron la denuncia por “maltrato animal”, a través de la aplicación AM Voz. Si no fuese por una inspección de Control Canino al domicilio de esa casa en la meseta, tal vez la perra habría muerto, pero lograron salvarla a tiempo.

 

La perra llegó a la dirección municipal a cargo de la veterinaria Adriana Kyle en noviembre del año pasado. La vacunaron, desparasitaron y se la dieron a un nuevo dueño que estará “vigilado”, para cumplir pautas de conducta. "No debe abandonarlo, regalarlo, cederlo, venderlo, o sacrificarlo sin justificación veterinaria por enfermedad muy grave que lo obligue y sin previa autorización escrita del representante de la adopción", dice el texto de pautas del organismo de contralor municipal.

 

Pero antes también pasó el verano en el edificio municipal, donde hacen falta más caniles para estos casos. Es que pasaron más de tres meses desde que los vecinos denunciaron el maltrato de Kimba hasta que la dieron en adopción. Recién el pasado 17 de febrero, luego de que su exdueño no respondiera los llamados telefónicos para hacer un descargo, la perra fue dada en adopción.

 

La historia no terminó bien para la joven pareja, que no tiene más de 30 años. Y no fue solo en el amor. A la chica la multaron con más de 11.074 pesos, por violación al artículo 135 del Código de Faltas, por tenencia irresponsable de mascotas. Su expareja, en cambio, desapareció ante la promesa de hacerse cargo de "Kimba".

 

Nunca pudo ir a buscar la perra, aparentemente por un tema laboral. “Trabajo 12 horas de corrido, no puedo ir a buscarla, sino denla en adopción”, dijo una fuente a LMNeuquén, que fueron las palabras del muchacho. Finalmente la perrita encontró un hogar, está bien alimentada y puede tener una vida con cariño tal como se merece.

 

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