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El secreto y la historia de las empanadas de "la chilena", el negocio familiar que nació en los '90 en Esquel

Si bien el local se llama Brasería Luján, la totalidad de la comunidad lo conoce como "lo de la chilena". Allí, se elaboran unas de las empanadas más conocidas de Esquel. La historia del negocio y la vez que elaboraron 200 docenas en un día

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- Por Maxi Cantero -

 

 

Para esta nueva entrega especial de sábado, decidí brindar un humilde reconocimiento a personas emprendedoras que, con trabajo a pulmón y transitando décadas, se afianzaron en la sociedad como una opción fija en lo gastronómico: Eliana Luján, Tino Ibáñez, Angélica Ibáñez, Luján Ibáñez y Karina Ibáñez.

 

 

 

Si nombro a "Brasería Luján", un importante porcentaje de la comunidad se da cuenta del lugar que refiero; el resto, seguramente, apelará a internet para buscar la ubicación. Ahora, si te digo "vamos a buscar unas empanadas a 'lo de la chilena'", no me caben dudas de que el 100% de Esquel y los alrededores, saben que tienen que ir derecho a Owen Jones 1016.

 

 

 

Si, es el mismo lugar; "Brasería Luján", es el nombre oficial... "Lo de la chilena", el popular.

 

 

Eliana y su hija Angie, me recibieron cálidamente en el local de barrio Buenos Aires, para comentarme cómo surgió el emprendimiento y cómo se afianzó con el correr de los años en la zona:

 

 

"Comencé a hacer empanadas en Chile ayudando a mi mamá, luego seguí trabajando en las ramadas. Luego me casé vine a Argentina, formé mi familia y decidimos continuar con el proyecto", detalla Eliana, agregando que "es algo que siempre quise hacer y hoy estamos trabajando en Esquel gracias a toda la clientela que nos acompañó desde el comienzo y no nos abandona". 

 

 

 

A su vez, Angie cuenta que "el proyecto comenzó en 1997 porque necesitábamos juntar plata para participar de actividades deportivas y a que la plata en ese momento no alcanzaba. Mi mamá de chica hacía empanadas y nos pareció la mejor opción. Mi mamá trabajaba como empleada doméstica y nos pareció que este emprendimiento era bueno para que ella tenga otra salida laboral. Tuvimos el apoyo de un microemprendimiento de la Municipalidad de Esquel y mi papá llevó adelante toda la mano de obra del local".

 

 

 

"Mi familia está compuesta por mi esposo, cuatro hijas, dos yernos y cuatro nietos. En determinadas fechas para tareas puntuales trabajamos todos juntos. Una vez hicimos 200 docenas de empandas y fue la mayor elaboración. Nosotros somos un negocio familiar, no podemos tener empleados porque no nos alcanza".

 

 

 

La hija recuerda que "también vendíamos pollo a la parrilla, por eso quedó el nombre de Brasería Luján, aunque con el tiempo decidimos vender solo empanadas. Al comienzo vendíamos puerta a puerta, junto con mi hermana salíamos a levantar pedidos entre los vecinos. Hoy seguimos vendiendo a pedido para que no pierda la calidad del producto y todo se mantenga fresco. En los inicios con la Brasería hacíamos publicidad, pero fue el año de la gripe aviar y tuvimos que dejar de hacerlo por el precio".

 

 

 

Hoy, en local se trabaja con las mejores marcas, garantizando la calidad del producto para un mejor servicio hacia el cliente: "Las variedades que ofrecemos son carne, con pasas o aceitunas, picantes y jamón y queso. Siempre es a pedido del cliente porque la elaboración es en el momento. Tratamos de trabajar lo más rápido posible, pero estiramos la masa, ponemos el picadillo y cortamos una a una, entonces lleva tiempo y los clientes por suerte esperan".

 

 

 

 

El duro período de pandemia

 

 

"Fue bravo", resalta Eliana, quien se contagió de COVID 19 y en aquel entonces las hijas y su esposo fueron quienes siguieron adelante con el negocio mientras se recuperaba. "Mi mamá estuvo en terapia intensiva y tuvo que volver a caminar luego del Covid y fue realmente un renacer", agrega Angie.

 

 

 

"Tuvimos el negocio cerrado cerca de un mes, porque no sabíamos de qué se trataba esto del virus. En ese tiempo, hacíamos delivery con el permiso municipal necesario. Otro de los servicios tradicionales era el locro e incluso en la pandemia hicieron una larga fila para poder llevarse su porción. Siempre logramos salir adelante, pese a todo lo que ocurrió"
 

 

 

 

La incertidumbre, la gripe aviar, el COVID y la inflación, entre otras cuestiones, son las que la familia ha tenido que superar para continuar con el negocio: "El deseo de cara al futuro es que la clientela no nos abandone, además muchos suelen venir de Madryn de Trelew, de Rawson, de Comodoro, Tecka y El Bolsón".

 

 

 

Brasería Luján o "lo de la chilena", se encuentra en Owen Jones 1016; ahí, como a quien escribe estas líneas, los atenderán con amabilidad y calidez humana; otro de los tantos factores, además del producto, que hacen que el cliente vuelva.

 

 

Agradezco enormemente la predisposición de la familia, no solo por el tiempo que se tomaron para contarme la historia del lugar, sino también por abrir su corazón al contarme las dificultades que han tenido que pasar... Y si, también por las empanadas de cortesía con las que me volví para casa. 

 

 

 

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