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Rosa de los Vientos: El carrito de alfajores artesanales hecho en Esquel

Julieta e Ignacio se dedican a la producción de alfajores hace cinco años. Hoy el emprendimiento cuenta con un espacio ideal para compartir meriendas y desayunos.

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Julieta Valsecchi es técnica en Gastronomía e Ignacio Solari es técnico Hotelero. Ambos son pareja y llevan adelante uno de los emprendimientos más deliciosos y dulces de la ciudad: Rosa de los Vientos - Alfajor patagónico.

 

El emprendimiento artesanal y familiar que se dedica a la producción de alfajores de distintas variedades funciona en la ciudad hace cinco años.

 

 

 

"Surge como una idea familiar, entre cocina como para brindar un producto a la comunidad. Entre charlas surgió la idea de hacer un alfajor y hacer un producto local utilizando materia prima también local", sostuvo Ignacio.

 

La joven pareja es aficionada por el servicio y la producción. Según contaron, para llegar a definir el producto que querían comenzar a vender tuvieron que ir paso a paso, buscando lo que a las y los vecinos de Esquel les gustaría comprar.

 

"Empezamos a sondear con el alfajor a ver si el público captaba y le gustaba. Empezamos en el invierno en La Hoya, después comenzamos a participar en ferias y de a poco fuimos aceptándolo como el ingreso económico de la familia", contó Julieta.

 

 

 

Finalmente concluyeron en que el alfajor era un producto que le gustaba a la comunidad y comenzaron a poner en práctica el proyecto al que denominaron "Rosa de los Vientos". El nombre hace referencia a un producto hecho en Patagonia que interpela a quienes desean probarlo.

 

"El concepto real es saber que la persona que nos elije sabe que el producto esta hecho en Patagonia, que se hizo acá", sostuvo en este sentido Ignacio.

 

Por su parte, Julieta sostiene que el nombre del emprendimiento hace alusión a "un punto de partida" para aquellas personas que no conocen la ciudad. Se trata de algo más que un alfajor, es una "invitación" a disfrutar Esquel.

 

Con mucho esfuerzo, los emprendedores lograron la habilitación comercial que les permitió empezar a dar a conocer lo que hacían con sus propias manos y conocimiento.  Hoy los alfajores "Rosa de los Vientos" se puedan encontrar en distintos comercios de la ciudad, como cafeterías, kioskos y estaciones de servicio.

 

"Apostamos a que se pueda hacer un alfajor, un buen producto local utilizando materia prima también local".

 

 

Un alfajor, múltiples variedades y sabores

 

En cuanto a la producción, Julieta destacó que se utilizan, en su mayoría,  insumos de productores y distribuidoras locales porque se busca valorar y fortalecer la economía local.

 

Siempre buscan innovar con nuevos sabores y aromas para poder renovar la propuesta y atraer a los clientes fijos y aquellos que todavía no probaron los alfajores. 

 

Los sabores, texturas y aromas van cambiando según la estación. Por mencionar un ejemplo, este verano se vendieron dos tipos de alfajores que en su centro estaban rellenos con dulce de frambuesa. También realizaron un tanda de alfajores helados para que los clientes pudieran disfrutar en las tardes de calor.

 

 

En otoño, sacaron a la venta un novedoso alfajor de naranja y gin con productos de la destilería local "Elder" . También utilizaron otras frutas de estación que se encuentran en la región, como membrillos y rosa mosqueta.

 

 

 

 Ahora, se encuentran en búsqueda de alfajores "espirituosos" que representarán el invierno.

 

 

El carrito, el espacio para compartir

 

Desde diciembre de 2022 se pueden encontrar los alfajores "Rosa de los Vientos" en el carrito ubicado en Vuelta de Obligado Nº 311 de la ciudad.

 

Se trata de algo más que un punto fijo de venta, es un espacio para disfrutar meriendas y desayunos con alguno de los alfajores y una bebida caliente o fría dependiendo la estación del año.

 

 

"Vienen a tomar un café y a la vez se compran una caja si quieren regalar; pasar un buen momento, poder charlar y conocernos. Apostamos a que quien consume el alfajor conozca las personas que lo hacen, que es importante y hoy por hoy se ha perdido un poco. Eso trae lo artesanal, que uno va y conoce a la persona que lo hace y dónde lo hace", destacó Ignacio.

 

El carrito fue construido por Ignacio durante la pandemia, cuando todas y todos estábamos en casa cumpliendo con el Aislamiento Preventivo Obligatorio (ASPO). Por cuestiones organizativas de la familia, decidieron que funcionara frente a su vivienda en donde también se encuentra la sala de producción. Se encuentra abierto de lunes a lunes de 8 a 19 horas.

 

"Nos cambió totalmente la venta, volvimos a vender directamente al consumidor y tenemos la sala de producción a la vista", sostuvieron sobre la nueva adquisición del emprendimiento.

 

En este sentido, ambos agradecen a las y los vecinos que elijen Rosa de los Vientos para compartir con sus familias o amigos.

 

"Agradecemos a los esquelenses que nos traen a sus familiares que vienen de visita y nos recomiendan. Nos sentimos muy apoyados por la comunidad", finalizaron.

 

 

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