"Vamos a demostrar que cuando las cosas se hacen bien, las obras se empiezan y se terminan como corresponde, y nosotros no vamos a permitir que vuelvan a estafar al pueblo chubutense nunca más." Estas palabras del gobernador Ignacio Torres, pronunciadas durante un anuncio sobre la construcción de viviendas en Puerto Madryn, resuenan en un contexto donde la confianza en la obra pública es más necesaria que nunca.
El reciente anuncio del intendente Matías Taccetta sobre la posible inauguración del natatorio del Centro de Encuentro para el aniversario de Esquel invita a reflexionar acerca del estado de esta obra y la inversión que representa. Sin dudas, la reactivación de la pileta es necesaria para los barrios aledaños. En esta ocasión, no hay margen para los errores anteriores y se espera un compromiso sólido entre los responsables del proyecto y la comunidad.
Originalmente, el proyecto del Centro de Encuentro, iniciado en 2014, contemplaba una construcción integral que incluía una pileta semiolímpica, un skate park, una biblioteca y un cine teatro, destinado a ser un espacio social inclusivo y culturalmente enriquecedor. Esta ambiciosa propuesta se lanzó con una inversión de 55 millones de pesos, buscando transformar el barrio Badén en un lugar de encuentro y desarrollo. Sin embargo, la obra se entregó inconclusa. Días atrás, Taccetta anunció que se requieren 90 millones de pesos adicionales, únicamente para finalizar el natatorio. Adelanto, además, que se proyecta acondicionar el auditorio del lugar, el cual demandaría otra inversión de igual magnitud.
Este significativo gasto adicional resalta un profundo desajuste en la gestión y ejecución de obras públicas en nuestra ciudad. La calidad deficiente de las instalaciones y la falta de finalización adecuada han convertido lo que debía ser un espacio de inclusión y desarrollo en un recurso subutilizado, con responsabilidad compartida entre el Estado y la empresa a la que fue encargada la obra.
A pesar de las dificultades, la posibilidad de reactivar el natatorio y la decisión política de hacerlo, representa una oportunidad para mejorar la calidad de vida en una zona que necesita urgentemente acceso a instalaciones deportivas de calidad. Es fundamental recuperar para la comunidad este espacio, marcado por lo que no puede volver a suceder con la obra pública.
Para que la reactivación del natatorio sea exitosa, el gobierno municipal -más allá del compromiso asumido alineado con las declaraciones de Torres- no solo debe finalizar la obra en febrero, sino hacerlo con un plan de supervisión y mantenimiento que garantice su correcto uso y operatividad. Solo así se podrá restaurar la confianza en la gestión del Estado y convertir el Centro de Encuentro en el motor de inclusión prometido; especialmente para los vecinos de los barrios que, por su accesibilidad geográfica, serán los principales usuarios.