"Nos deja una satisfacción muy grande el haber podido lograr la condena", expresó Bottini en relación al veredicto. "Estamos 100% de acuerdo en que estos casos más importantes los resuelvan los propios ciudadanos, donde se lo tomaron muy seriamente porque estuvieron bastantes horas debatiendo".
El caso en cuestión implicó un trabajo exhaustivo por parte de la fiscalía y las autoridades judiciales, dada la complejidad del mismo. Bottini detalló la variedad de pruebas presentadas, que incluyeron testimonios, análisis de ADN, pericias balísticas, y reconstrucciones forenses.
"En este caso, nadie lo había visto cometer el hecho, nadie lo vio justo después de cometer el hecho. Hubo un montón de cuestiones que se fueron armando como si fuera un rompecabezas", explicó la fiscal. Sin embargo, la abundancia de pruebas circunstanciales permitió al jurado arribar a un veredicto unánime.
El jurado, compuesto por seis hombres y seis mujeres, determinó la culpabilidad del acusado por las dos agravantes: alevosía y el uso de un arma de fuego. La fiscalía ahora solicitará la pena correspondiente, la cual, según Bottini, debería ser la prisión perpetua, dada la gravedad del delito.
"Esto no es lo mismo que un homicidio simple", enfatizó Bottini. "La vida de una persona vale un montón, y las personas que cometen este tipo de actos deben enfrentar las consecuencias de acuerdo con nuestra ley".
La fiscal elogió la seriedad y el compromiso demostrado por el jurado durante todo el proceso judicial, así como la labor de la Oficina Judicial en la organización del debate. Además, destacó el comportamiento respetuoso de todas las partes involucradas, a pesar de la dureza de las pruebas presentadas.
El próximo paso será la audiencia de determinación de pena, donde la fiscalía solicitará la pena máxima posible. Si se otorga la prisión perpetua, el acusado enfrentaría 50 años de encarcelamiento, sin posibilidad de libertad condicional.