Este hito se alcanzó después de que la sonda aterrizara el domingo en la región menos explorada del satélite, completando una misión meticulosamente planificada para regresar a la Tierra en tan solo 53 días desde su lanzamiento.
Detalles de la Misión Chang’e 6
La Chang’e 6 aterrizó el 2 de junio en la Cuenca Aitken-Polo Sur, una de las mayores y más profundas depresiones del sistema solar, tras despegar de la Tierra el 3 de mayo. La China National Space Administration (CNSA) mostró fotos y vídeos de la sonda, capturadas tras su aterrizaje, durante la recogida de materiales y en el momento del despegue lunar. El módulo ascendente de la sonda ya alcanzó la órbita predeterminada alrededor de la Luna.
Superando los desafíos
La sonda logró superar el desafío de las altas temperaturas en la cara oculta de la Luna. Según la CNSA, todos los sistemas “funcionaron correctamente y llevaron a cabo exploraciones científicas según lo previsto”. Este éxito se suma a la lista de logros de China en la última década, que incluye la consolidación de una estación espacial propia y el aterrizaje de cuatro sondas en la Luna.
Importancia de las muestras
Las muestras obtenidas por la Chang’e 6 son de gran relevancia, no solo por ser las primeras de la cara oculta, sino también por provenir de regiones polares a gran profundidad. Estas muestras podrían contener agua, lo que confirmaría su existencia en el subsuelo lunar.
La sonda está equipada con un taladro que permite perforar hasta dos metros de profundidad para recoger muestras. Este método, similar al usado por la URSS con su Luna 24 en 1976, involucra una herramienta perforadora envuelta en un tubo flexible que recoge la roca pulverizada.
Tecnología avanzada y comunicación
El retorno de las muestras se realizará mediante un sistema complejo y eficiente. La Chang’e consta de un módulo de descenso con motor de frenado y tren de aterrizaje, y una cápsula de ascenso que se impulsa con su propio motor para reunirse con la sección orbital de la nave. El contenedor de muestras se transfiere a la cápsula de retorno dentro del módulo orbital, que luego emprenderá el viaje de retorno a la Tierra.
La comunicación con la Tierra se logró gracias al satélite de comunicaciones Queqiao 2, lanzado en marzo. Este satélite orbita la Luna, cubriendo parte de la cara oculta y la región polar austral. China desarrolló un sistema de aterrizaje automático altamente avanzado, combinando radar, Lidar y cámaras de televisión para identificar y evitar obstáculos.
O.P