- Por Carlos “el Chavo” Ortiz -
Lo importante era que arranque la máquina. Seguramente habrá que aceitarla en el camino, pero lo importante es que ya se puso en marcha este movimiento deportivo, bastante complejo por cierto, porque hay que estar en todos los detalles.
No es fácil organizar una velada de boxeo. Más en tiempo de crisis. Es que no era una velada cualquiera. Era hacer algo prolijo y sobre todo de bajo costo. Y la continuidad de la misma.
Y costó mucho en la previa, pero se logró. Hubo muchos gestos de satisfacción al final del primer festival que tuvo lugar el sábado pasado en Rio Pico. Seguramente hay cosas por mejorar, pero lo importante (lo dijimos al principio) era poner la maquinaria en marcha y esto ocurrió.
Fueron once peleas en total, podrían haber sido más, seguramente que sí. Pero a veces, “muchas cucharadas de dulce de leche en un postre, empalaga”.
Ya hay fecha y lugar para un segundo festival dentro de este campeonato. Será a fines de agosto en el marco de la fiesta Aniversario en Rio Mayo (el pueblo se crea el 22 de agosto de 1935) pero habrá otro encuentro en la región cordillerana fuera del campeonato. Será el sábado 10 de agosto, en El Bolsón, organizado por Claudio “Pocho” Mariluan.
Después de la segunda fecha en Rio Mayo, en lo que resta del 2024 habrá otros cuatro o cinco festivales; en El Bolsón, en Corcovado y dos fechas en Esquel. La idea es que cada boxeador tenga un bagaje importante para la próxima temporada.
“Estoy contento porque estuvimos mucho tiempo trabajando para poder lograr esto”, destacó “Pocho” Mariluán al término del primer festival en Rio Pico. “El festival estuvo colmado de gente y todas fueron buenas peleas, sobre todo la última que fue espectacular”, destacó además.
No hace falta señalar que los boxeadores y las boxeadoras, al subirse al ring, “suman minutos de vuelo”. Una fecha cada dos o tres semanas sería lo ideal. Es que la lejanía de las grandes ciudades y el valor del combustible, cada vez más cerca de las nubes; impiden un normal desarrollo de este deporte en la región.
Con este festival y la cantidad de peleas, se calcula que para el año que viene, los novicios tendrán un mejor y mayor rodaje.
A pesar de tener licencia de profesional, Glenda Higuera no pudo hasta ahora conseguir grandes resultados. Salvo la pelea presentación en Esquel, todo le ha costado cuesta arriba. Conseguir rivales, sparring para su nivel, plata para viajar y competir de la mejor manera.
Jonathan Chazarreta tiene el mismo problema. Para mejorar tiene que estar radicado afuera. Como lo hizo José Vargas, quien está viviendo en Comodoro Rivadavia, hasta el momento tiene diez peleas ganadas (3 nocaut) y siete derrotas (5 nocaut), es decir alterna buenas y malas. Para él nada es sencillo, a pesar de estar dentro del profesionalismo.
“Estos festivales está pensado para eso, para el rodaje. Muchas veces yo a los chicos les digo que salir campeón, no te hace hacer una diferencia, esto solo se consigue con el rodaje”, remarcó Mariluán.
“La idea es llegar a fin de año con varias peleas encima y que cada vez que nos inviten a un Provincial, Regional o Nacional, los chicos y las chicas puedan estar de la mejor manera. No como ahora que están dos o tres meses sin subirse a un ring y pelear”.
Los ecos de la última pelea
El combate entre Fredy Solis y Santino Romero fue una verdadera batalla. Muy leales los dos. Entregaron todo lo que tenían. No se guardaron nada.
Fredy Solis contó con el apoyo del público, a pesar de su baja estatura en comparación del muchacho de Bariloche.
Para el local fue un plus, sobre todo en el segundo y tercer asalto donde ganó la pelea con mucha solvencia.
Claro que este combate no estuvo dentro del campeonato, pero fue la mejor pelea de esa noche.
Carlos Acuña fue el árbitro de esa pelea. Tuvo la misión de dirigir un combate increíble. Por mucho tiempo lo tuvo al mismo Pibe de Oro” como su pupilo al que lo dirigió por 26 peleas y esta fue la primera en la que tuvo que arbitrarlo.
“Salió un festival espectacular. Rio Pico siempre fue una linda plaza para hacer boxeo”, destacó el hoy radicado en José de San Martín.
Pero hubo más testimonio que recabamos en nuestro viaje a Rio Pico. Mónica Lino, siempre dispuesta en colaborar con el boxeo en general y con el desarrollo de los pugilísticas en particular fue árbitra en las dos primeras peleas, precisamente las dos de mujeres, pero luego asumió el compromiso de estar con las tarjetas, inclusive en la ultima pelea, donde todos vimos que Santino Romero fue el ganador de los primeros tres minutos, pero cedió terreno en los siguientes rounds.
Para Mónica Lino el festival “estuvo muy lindo, agradable y acorde”.
“Tuve que poder la mente en blanco para poder hacer la cosas bien y cuidar a las chicas que estaban a arriba del ring cuando yo arbitré. Fue una responsabilidad muy grande.
¿Te sentís más cómoda arriba del ring o abajo con las tarjetas? A lo que respondió, “me siento más cómoda arriba del ring más que abajo firmando las tarjetas”.
Por haber sido jurado ¿podes hablar sobre la última pelea? Si puedo, respondió también.
“A Fredy lo vi un poco indeciso en el primer asalto, porque él era más petizo y su rival más alto, pero en el segundo round, cuando Solís sacó la primera mano, Romero la sintió, la gente se levantó y él se afirmó mucho más”.
C.O