En el marco del Día de la Madre, queremos destacar la voz de Genezaret González, Licenciada en Gastronomía y el alma de Pastelería Gene en Esquel, emprendimiento que lleva adelante con el apoyo de su compañero Carlos Miguens. Además de su rol profesional, Genezaret es mamá de la pequeña Renata, y reflexiona sobre el desafío y la alegría de equilibrar la maternidad con la gestión de un comercio.
“Me parece que las mamás somos superpoderosas, como luego nos dibujan,” afirma Genezaret, destacando que "la fuerza y la energía sale" porque los hijos son una "motivación siempre para crecer, para trabajar, para sacar adelante la familia." Sin embargo, Gene desmitifica la idea de la "madre todopoderosa" que logra todo sola, poniendo en valor la importancia de la red de contención: “No es que yo sola hago las cosas, me parece que también tiene mucho que ver el entorno, que pueda acompañarte, que tengas a esas personas que te contienen, serán tus familiares o tus amigos.” Para ella, el apoyo de quienes la rodean, incluyendo a Carlos y su familia, es fundamental para poder ser la madre y profesional que es. "Si he podido hacer estas cosas, quiero agradecer a esas personas que están a un lado, conteniendo mi crecimiento, apoyándome y también queriendo a mi hija, que es Renata."
Si bien reconoce que el proceso es "difícil de reorganizar" y que el primer año fue el más desafiante por la adaptación a los tiempos y horarios de Renata, Genezaret asegura que es posible encontrar el equilibrio y la alegría en el camino. Los hijos, dice, “son hermosos, te alegran el día y hay momentos en los que dices sí, obvio, hay que ponerle más garra a todo lo que haces porque hay alguien que depende de ti.”
El mensaje de Genezaret González resuena como un saludo a todas las madres: reconociendo su inmensa fuerza, pero también honrando a quienes las acompañan y les permiten florecer en todos sus roles.
E.B.W.