El hantavirus es una enfermedad viral aguda y grave transmitida principalmente por los ratones silvestres, especialmente el colilargo. Estos animales eliminan el virus a través de la saliva, la orina y las heces, lo que puede contaminar el ambiente y representar un riesgo para las personas que ingresan en contacto con esos lugares.
En Argentina circulan dos especies principales: Andes y Laguna Negra, con presencia en varias provincias. Los especialistas identifican cuatro zonas endémicas: el Norte (Salta y Jujuy), el Centro (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos), el Noreste (Misiones) y el Sur (Neuquén, Río Negro y Chubut).
El contagio puede producirse por inhalación, cuando una persona respira aire contaminado en lugares donde hay excretas de roedores; por contacto directo, al tocar ratones vivos o muertos, o sus heces y orina; o incluso por mordeduras. En casos más excepcionales, el virus puede transmitirse entre personas, especialmente en los primeros días de síntomas, a través del contacto estrecho.
Los síntomas iniciales se asemejan a los de una gripe: fiebre alta (38°C o más), dolores musculares, cefalea, escalofríos, náuseas, vómitos y malestar general. En cuadros más graves puede derivar en el Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH), que causa insuficiencia respiratoria severa y puede ser fatal si no se trata a tiempo.
Como no existe vacuna ni tratamiento específico, la prevención es la herramienta más efectiva. Las autoridades sanitarias recomiendan mantener los hogares y espacios de trabajo libres de roedores, tapar orificios en paredes y puertas, y limpiar con lavandina (una parte de lavandina por nueve de agua), dejando actuar 30 minutos antes de enjuagar. Al ingresar en lugares cerrados —como galpones, depósitos o viviendas de veraneo— es importante ventilar al menos media hora antes de permanecer dentro, y usar barbijo tipo N95.
Otras medidas clave incluyen mantener cortos los pastos y malezas, almacenar la leña y las huertas a más de 30 metros de las viviendas, y acampar lejos de basurales y zonas de maleza, siempre consumiendo agua potable y evitando dormir directamente sobre el suelo.
En caso de encontrar un ratón muerto, no debe tocarse: se debe rociar con lavandina, esperar 30 minutos y luego recogerlo con guantes para enterrarlo a más de 30 centímetros de profundidad o quemarlo. Ante la aparición de síntomas compatibles, es fundamental acudir de inmediato a un centro de salud y evitar el contacto estrecho con otras personas.
R.G.