La causa que investiga a la organización liderada por Konstantin Rudnev sigue sumando imputados. Con las nuevas acusaciones, ya son 21 las personas bajo investigación por delitos vinculados a explotación sexual y reducción a la servidumbre en Bariloche.
Dos mujeres fueron formalmente acusadas
El fiscal general Fernando Arrigo formalizó la investigación penal contra dos mujeres señaladas como integrantes activas de la denominada secta rusa que operaba en la ciudad rionegrina.
Según la Fiscalía, ambas colaboraban en la captación y traslado de víctimas, aprovechando la vulnerabilidad económica y emocional de las personas reclutadas.
Durante la audiencia de formalización, que comenzó el jueves pasado y finalizó este martes, el Ministerio Público sostuvo que las mujeres actuaron con pleno conocimiento del esquema de explotación que regía dentro de la organización.
Aunque no quedaron detenidas, la Justicia dispuso la retención de sus pasaportes y la prohibición de salir del país, medida preventiva mientras avanza la investigación.
Un caso que no deja de crecer
Con estas dos nuevas imputadas, ya son 21 los acusados en el expediente, que tiene como principal responsable al ciudadano ruso Konstantin Rudnev, líder y fundador de la secta “Ashram Shambala”, creada en los años 90 en Rusia.
Rudnev fue detenido en la Argentina y actualmente permanece preso en la Unidad 6 del Servicio Penitenciario Federal, en Rawson.
La Cámara Federal revocó su prisión domiciliaria
Previo a la audiencia de las mujeres, Rudnev había solicitado nuevamente la prisión domiciliaria, alegando cuestiones de salud.
El beneficio le fue concedido en primera instancia, pero la Cámara Federal de Apelaciones de General Roca hizo lugar al recurso presentado por la fiscalía y revocó la medida, al considerar que no existían razones válidas para su concesión.
De esta forma, el líder de la secta continuará detenido en un penal federal.
De Rusia a la Patagonia: un recorrido marcado por el delito
Konstantin Rudnev es conocido internacionalmente por haber fundado la secta en la década de 1990, bajo un discurso espiritual que combinaba elementos esotéricos, control psicológico y abuso sexual.
En su país de origen fue condenado a 11 años de prisión por delitos sexuales y huyó de Rusia tras esa sentencia.
Según registros judiciales, ingresó a la Argentina en 2024, con un pedido de captura internacional vigente emitido por la República de Montenegro.
O.P.