El Parque Nacional Los Alerces, en la Patagonia argentina, es el guardián de la única formación de alerce milenario del país, una joya natural cuya rica historia y biodiversidad se ven ahora enfrentadas a la amenaza de un nuevo incendio forestal.
Historia y orígenes: la lucha por el Alerce
El Lago Menéndez, ubicado en la provincia de Chubut, es una joya glaciar que forma parte integral del Parque Nacional Los Alerces. Sus orígenes como área protegida se remontan a principios del siglo XX, cuando los bosques de alerce (Fitzroya cupressoides), una especie de crecimiento muy lento, estuvieron en peligro debido a la intensa explotación maderera.
Para conservar estos vastos alerzales milenarios y la cuenca de sus lagos, el área fue designada Reserva Natural en 1937, y su categoría fue ratificada como Parque Nacional en 1945.
Este esfuerzo de conservación culminó en 2017, cuando la UNESCO declaró a 188.379 hectáreas del parque, incluyendo estos bosques milenarios, como Sitio de Patrimonio Mundial Natural, reconociendo la belleza de sus paisajes y la historia de protección del alerce.
El santuario valdiviano
El entorno del Lago Menéndez es crucial para la conservación. Sus orillas están rodeadas por un denso bosque compuesto por alerces centenarios, cipreses y coihues, que conforman el ecosistema de selva valdiviana más austral de Argentina. Es un paisaje glaciar único.
La importancia ecológica del Parque radica en que protege la única formación de alerce milenario en Argentina. Cerca del lago, en el brazo noroeste (al que se accede mediante navegación desde Puerto Sagrario), se encuentra "El Abuelo", un ejemplar icónico de más de 2.600 años de edad. Este árbol gigante, alto hasta donde alcanza la mirada, forma parte de una cuenca de seis lagos y ríos interconectados.
La importancia ecológica del Parque radica en que protege la única formación de alerce milenario en Argentina.
Además de su flora majestuosa, el lago Menéndez, junto a otros sectores del parque, es un refugio para la fauna patagónica. Alberga especies únicas como la rana Batrachyla fitzroya, que es endémica de la zona, y sirve de refugio a especies como el huemul y el pudú.
Las excursiones lacustres son la principal atracción turística, permitiendo el avistamiento de los alerces centenarios y la contemplación del imponente Glaciar Torrecillas.
El fuego en la zona intangible
La defensa de este patrimonio natural se ve comprometida por un nuevo incendio forestal que se declaró recientemente en el brazo sur del Lago Menéndez, específicamente en la zona de Puerto Café. Esta área es considerada de mayor valor ambiental dentro de la provincia de Chubut.
El incendio se desarrolla en una zona intangible del Parque, dificultando el acceso y las tareas de extinción.
El fuego está siendo combatido por decenas de brigadistas en terreno con apoyo de medios aéreos. La lucha es particularmente difícil porque el incendio se desarrolla en una zona intangible del Parque, lo que implica que es un sector de protección estricta con intervención humana limitada, dificultando el acceso y las tareas de extinción.
Las autoridades investigan el origen del foco, siendo las tormentas eléctricas recientes una de las hipótesis más plausibles.
La recurrencia de siniestros graves en la reserva patagónica -como el episodio de extrema gravedad que consumió miles de hectáreas a principios de 2024- subraya la amenaza. El impacto ambiental en ecosistemas tan sensibles es crítico: la recuperación ecológica es extremadamente lenta y el daño a los ejemplares centenarios, como los alerces milenarios, puede ser irreparable.
Ante la emergencia, la Administración de Parques Nacionales ha anunciado restricciones en el uso del fuego y ha pedido a la población y a los visitantes extremar los cuidados y respetar rigurosamente las restricciones implementadas.
Lic. Maira Flores.