Carla Diaz llegó a Esquel cuando era apenas una niña. Nacida en Monte Grande, creció entre nuestras montañas, estudió en la Escuela Nº 8 y luego en la Secundaria 713. Fue allí donde descubrió su pasión por las ciencias sociales y, en especial, por la Historia: una materia que —como ella misma cuenta— le cambió profundamente la vida.
Con esfuerzo y atravesando momentos económicos difíciles, inició el Profesorado de Historia en el ISFD 809. En 2021 se recibió, alcanzando su primer gran sueño. Ayer, sumó un nuevo logro: obtuvo su título de Museóloga, una meta que cumplió tras años de estudio en el ISFT 8 de La Plata.
Hoy, Carla continúa formándose. Cursa la Licenciatura en Historia y pronto comenzará la Licenciatura en Museología. Pero también devuelve a la comunidad todo lo aprendido: da clases en el mismo instituto donde se formó, el ISFD 809, un motivo de enorme orgullo para quienes la vieron crecer académicamente.
Además, trabaja tanto en el Museo Histórico Municipal de Esquel como en el Museo Esquel, donde aporta su dedicación para investigar, conservar y difundir nuestro patrimonio. En ambos espacios, se destaca por su compromiso, su sensibilidad y su respeto por la historia local.
Quienes la conocen resaltan su calidez humana, su responsabilidad y su constancia. Estudia, enseña, trabaja y, en cada ámbito, deja una huella personal y profesional. Y también tiene un rasgo que la caracteriza profundamente: su amor por los animales. Carla siente un cariño especial por los gatitos y los perros, a quienes acompaña y cuida siempre que puede, un gesto que refleja su sensibilidad y nobleza.
En el instituto, mantiene una costumbre simple pero valiosa: siempre pasa por la biblioteca con una sonrisa. Ese gesto cotidiano ilumina el día de quienes la rodean y demuestra que la humanidad también se construye en los pequeños actos.
Su historia deja un mensaje necesario para todos los estudiantes: la vida puede presentar obstáculos, una puede caer una y mil veces, pero lo importante es seguir. Cada caída enseña, cada esfuerzo suma. Y aunque los sueños a veces parezcan tardar, terminan llegando para quienes perseveran y no bajan los brazos.
Carla es la prueba de que el estudio, la dedicación y el amor por lo que uno hace pueden abrir caminos que alguna vez parecieron lejanos.
Una joven que inspira.
Un verdadero orgullo esquelense.