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04 de Julio de 2025
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Del dolor a la tragedia: volvían de un velorio, los chocaron de frente y murieron madre e hijo

Todo ocurrió en una autopista donde se encontraron con un vehículo que circulaba a contramano. Las víctimas fatales tenían 48 y 22 años. También falleció quien provocó el choque. 

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Una familia volvía de un velorio en Tucumán hacia el sur del conurbano bonaerense cuando los golpeó la tragedia. Habían viajado a la provincia norteña para trasladar los restos de Santo Reinaldo González, víctima de una diabetes. Al regreso protagonizaron un choque debido a un conductor que manejaba a contramano por la autopista.

 

Murieron Gladis Raquel González (48) -hermana del hombre- y su hijo Rafael Ignacio Aguirre (22). Miguel Darío Pizzo (54), quien manejaba el Volkswagen Gol Trend, también perdió la vida.

 

Los otros tres ocupantes del Renault Logan resultaron heridos, pero se recuperan: Sebastián Urbano Balderrama (33) -sobrino de Gladis-, Candelaria Ayelén Salvatierra (19) -novia de Rafael- y Lourdes Hortensia Aguirre (15) -hija de Gladis-.

 

Todo ocurrió el domingo, a las 7.30 de la mañana, en la autopista Tucumán-Famaillá, cerca del acceso sur a la capital provincial y a la altura del puente Santa Bárbara.

 

Otros conductores, entre ellos un enfermero y una familia, lograron esquivar al Gol, que inexplicablemente circulaba de contramano. Algunos lo vieron zigzaguear. Pero Rafael Aguirre, a quien acompañaba adelante su novia Ayelén, no pudo evitar el impacto.

 

"El auto iba a 140 kilómetros por hora, según los peritos de la Policía, era imposible que saliera ileso alguien de esto", dijo a  Ruth Ibiris Cata (33), familiar de las víctimas, y sostuvo que "a esa hora la visibilidad era complicada" a raíz de la aguanieve. Además, estimó que "el conductor seguramente iba ebrio y no sé cuántas cosas más habría consumido", porque "estaba decidido a no matarse solo".

 

Las víctimas volvían a la localidad de San José, en el partido de Almirante Brown. Gladis era empleada doméstica y su hijo trabajaba en el sector mantenimiento del Hospital de Clínicas, en la ciudad de Buenos Aires.

 

Una semana antes había fallecido "Pepe", un hermano de la mujer. Por eso viajaron hasta la localidad de donde es la familia, Potrero de Rodeo Grande, en Trancas, al norte de Tucumán, en el límite con Salta. Gladis había decidido quedarse hasta el domingo. El lunes tenía que trabajar, igual que Rafael. Salieron poco después de las 5 de la mañana de Trancas.

 

"El auto se hizo mil pedazos. Ayelén quedó muy golpeada, con la cara raspada, se ha cortado con los vidrios y los plásticos del auto. Mi otro primo, Sebastián, se dislocó la cadera, va a estar internado e inmovilizado de dos a tres semanas en el Hospital Padilla. Las chicas están golpeadas, pero les dieron el alta", precisó Ruth.

 

Darío Pizzo era trabajador aeronáutico. Se desempeñaba para Intercargo en el aeropuerto de San Miguel de Tucumán. Tenía una hija de 23 años y era de la ciudad de Banda del Río Salí.

 

En las redes sociales recibió mensajes de despedida. "Amigo querido, recién me entero de tu partida. El dolor que siento es inmenso, mi querido turkito", escribió uno de sus allegados. Una allegada indicó: "Debe haberle pasado otra cosa a Darío, seguramente se descompensó, porque él no consumía alcohol".

 

Del lado de las víctimas cargaron fuerte contra lo que hizo y también contra sus allegados. "El cuerpo lo retiró la familia de la morgue y lo llevó a velarlo, porque se estaba pudriendo. Ni le hicieron autopsia. Mis hermanas los vieron porque estaban ahí", describió Ruth.

 

Martín González (26), hijo de Gladis, advirtió: "Que el asesino se pudra en el infierno. Los familiares ni siquiera nos vinieron a dar el pésame, no dieron la cara".

 

 

 

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