Los rugbiers acusados de matar a Fernando Báez Sosa regresaron a la sala del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores para la segunda audiencia del juicio en su contra. Fueron trasladados a las 7:45 AM del penal de Dolores -a diez cuadras de distancia- en medio de un fuerte operativo de seguridad ordenado por la Justicia.
Hoy martes se espera que declaren una decena de amigos de la víctima que lo acompañaban en el momento del ataque ocurrido el 18 de enero de 2020. Entre ellos hay cinco jóvenes que intentaron defenderlos y que sufrieron heridas leves por parte de los rugbiers, hecho que se les imputa.
También estaba agendada la presencia de Julieta Rossi, novia de Báez Sosa al tiempo del crimen, aunque fuentes de la querella liderada por Fernando Burlando aseguraron ayer a Infobae que no declararía, al estar demasiado nerviosa y movilizada como para hacerlo, algo que deberá confirmarse en el curso de la mañana de hoy.
Silvino y Graciela, padres de Fernando, también regresarán al juicio, aunque presenciarán la audiencia por circuito cerrado de televisión en una sala adjunta.
A las 8:20, Lucas Filardi, tercero en la lista de testigos, llegó al Tribunal para presentarse, tras salir a las 5:30 de la mañana de la Ciudad de Buenos Aires.
“Está muy nervioso”, aseguró su padre que lo acompañaba. Tras llegar, se dirigió a la oficina del Poder Judicial para firmar papeles de rigor.
Lucas fue uno de los amigos que acompañó a Fernando al salir de Le Brique luego del encuentro con los rugbiers. En su declaración en la causa que instruyó la fiscal Verónica Zamboni, sostuvo que pudo ver a los agresores de Fernando, En la rueda de reconocimiento en la que participó, marcó a Máximo Thomsen como uno de los que le golpeó al joven estudiante de Derecho. Los acusados no fueron imputados de lesionarlo, como sí a otros cinco amigos de Báez Sosa.
Filardi, en cambio, aseguró que fue golpeado, pero no con la misma violencia con la que el joven asesinado fue atacado.