Condenados a perpetua y aún con la pesada carga de los días de encierro, los ex “dueños” de los “Borrachos del Tablón”, la histórica barra brava de River apuestan al amor. Alan Schlenker se casó en marzo de 2022 en una sala de la cárcel de Rawson donde purga su condena. Y Wiliam acaba de ser noticia al conocerse que en diciembre pasado se casó con Samantha Farjart, aquella chica que en los 90 irrumpió en los medios involucrada en el caso Cóppola y aquella historia del famoso jarrón con droga, nunca revelada totalmente.
Ambos fueron condenados por considerarlos instigadores del asesinato de Gonzalo Acro, con quien disputaban la jefatura de la barra. Fue en 2007 y aunque ambos proclaman su inocencia su sentencia ha quedado firme. De todas maneras siguen reclamando por su libertad e incluso criticando las condiciones de encierro en la que ambos se encuentran.
Lo cierto es que William apostó al amor y se casó en diciembre pasado con Samantha, quien en los últimos años mantuvo un bajo perfil después de su alta exposición en los medios por el resonado caso Cóppola. Participaba en verdaderos reality que en la televisión abierta copaban largamente el rating de la época. Todo se mantuvo en secreto hasta ahora en que medios nacionales dieron a conocer la información. Williams grita a los cuatro vientos que es inocente. Que nada tuvo que ver con la muerte de Acro ya que no formaba parte de la barra brava ni tenía participación en ninguna decisión. William pasó dos años en prisión tras el asesinato de Acro y en 2016 regresó a la cárcel luego de que la justicia confirmara su participación como instigador del crimen al igual que su hermano Alan, quien está cumpliendo su pena en la Unidad Seis de la capital de Chubut. Hoy busca que la Corte Suprema revise su condena asegurando que no tuvo nada que ver con el crimen cometido el 7 de agosto de 2007.
William y Samanta se casaron en secreto, en diciembre.
Siempre en sus declaraciones William se desligó de los negociados millonarios que llevaba adelante la barra de River y la lucha por el poder que era noticia casi diariamente en los tiempos en que José María Aguilar era el presidente de la institución. Dicen que el casamiento se mantuvo en secreto para privilegiar la atención en la situación de William.
Distinto es el caso de Alan cuyo casamiento tuvo una importante exposición mediática. Contrajo matrimonio dentro de la misma cárcel donde las autoridades permitieron además, un festejo con la familia de ambos protagonistas. El mismo Alan subió a sus redes sociales fotos vestido con la camiseta de River, bailando el vals y haciendo el clásico trencito. Ahora se supo que será papá nuevamente (tiene un hijo de 10 años fruto de un anterior matrimonio) en un par de meses. Y además fue noticia en los últimos tiempos al crear el vino de marca “Los borrachos del tablón”, que según dijo en una de sus últimas declaraciones “es todo un éxito y ya tiene varias sucursales abiertas en todo el país. Aunque varias veces aseguró que “se que me voy a morir en la cárcel (le quedan unos 25 años para cumplir la condena) igual apuesto al amor y a formar una familia pese a que estoy convencido que seré un padre ausente”.