A tan solo 12 kilómetros de Trevelin, en la Ruta 259 que conecta con Chile, las Viñas de Nant y Fall lograron transformar un terreno desafiante en un oasis para el turismo y la viticultura.
Fundado por la familia Rodríguez, el lugar evolucionó con el tiempo, pasando de ser un matorral a uno de los campings para motorhomes más recomendados de Sudamérica y una bodega que, en pocos años, ganó prestigio tanto en Argentina como en el ámbito internacional.
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El viñedo
El viñedo de las Viñas de Nant y Fall se encuentra en una pequeña ladera con exposición norte, donde las plantas de Pinot Noir crecen en condiciones excepcionales. Este clima, marcado por las heladas patagónicas, presenta un desafío para los viticultores, pero también es el secreto detrás de los vinos de calidad que producen.
Uno de los mayores logros fue la calificación otorgada por el crítico de vinos Tim Atkin, quien le dio 90 puntos a su Pinot Noir, una distinción que equivale a una medalla de oro en cualquier concurso internacional.
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El Pinot Noir de Nant y Fall se caracteriza por su tonalidad rojo cereza, su aroma fresco y sus intensas notas de frutos rojos como cerezas, frambuesas y fresas. En boca, el vino presenta una agradable jugosidad y taninos sedosos, lo que le confiere un notable potencial. Recomendado para conservar a 12°C y disfrutar entre 16 y 18°C, este vino joven tiene una gran proyección para los próximos años.
Innovación y tecnología para proteger el viñedo
Las condiciones climáticas extremas de la región representan un reto constante para la producción vitivinícola, pero las Viñas de Nant y Fall encontraron una solución innovadora para proteger las plantas.
Utilizando un sistema de microaspersión, se genera una fina llovizna de agua sobre el viñedo cuando las temperaturas bajan a 1°C, previniendo el daño por heladas. Este sistema es 100% eficiente y protege el viñedo incluso a temperaturas de hasta -10°C, lo que permite una cosecha de alta calidad. Además, este proceso mejora los parámetros organolépticos del vino, intensificando su aroma, sabor y color.
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El camping
Los viajeros que se acercan a Viñas de Nant y Fall pueden disfrutar de un camping para motorhomes de nivel internacional, que combina la belleza del entorno natural con todas las comodidades necesarias para una estadía agradable. Con parrillas iluminadas, basureros orgánicos, espacios cubiertos y una playa sobre el río, el camping es ideal para quienes buscan un lugar tranquilo y bien equipado para descansar en medio de la naturaleza.
Tanino, el almacén de campo de la bodega, ofrece productos regionales que incluyen vinos, embutidos, mermeladas, y otros artículos de la zona, mientras que el restaurante sirve platos elaborados con productos frescos de la chacra. También se tiene acceso a una huerta orgánica que cultiva pimientos morrones, pepinos, habas, arvejas, lechugas, albahaca y más.
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Además, el lugar destaca por sus productos de chacra como pollos de campo, conejos y corderos.
Vino, gastronomía y naturaleza: experiencia completa
Viñas de Nant y Fall es un destino para los amantes del vino, pero también para quienes buscan disfrutar de la tranquilidad de la Patagonia. Con su almacén de productos regionales, restaurante, bodega y horno de barro, el lugar se presenta como un espacio perfecto para pasar un día o incluso varios, disfrutando de los sabores locales, el vino de alta gama y un entorno natural incomparable.
De 200 a 7000 botellas en 5 años
Lo que comenzó como un pequeño proyecto familiar, hoy es una bodega que, en solo 5 años, pasó de producir 200 botellas a 7000. A pesar de recibir pedidos de todo el mundo, Sergio Rodríguez, fundador de las viñas, asegura que no concibe que un visitante quiera comprar su vino y no haya disponible. Por eso, la bodega se convirtió en un lugar donde conocer el proceso de producción, y también adquirir vinos directamente de la fuente.
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Un lugar que crece con cada visita
Viñas de Nant y Fall logró consolidarse como uno de los destinos turísticos más importantes de la zona, ofreciendo vinos de prestigio, en un entorno para disfrutar de la naturaleza, el buen comer y, por supuesto, el vino.
Con cada visita, este paraíso patagónico continúa creciendo, sumando nuevos servicios y experiencias para quienes se acercan a conocer este rincón de la Argentina.
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Destino imperdible para amantes del vino y la naturaleza
Las Viñas de Nant y Fall son un claro ejemplo de cómo el trabajo en equipo, la innovación y el amor por la tierra pueden transformar un terreno desafiante en un destino turístico de calidad.
Con un maravilloso viñedo, vinos premiados, un camping de primer nivel y una propuesta gastronómica que refleja lo mejor de la zona, este lugar se convierte en una referencia para quienes buscan una experiencia completa en la Patagonia.
- Ornella Perdomo -