Cada 5 de octubre se conmemora en Argentina el Día Nacional del Camino y del Trabajador Vial, una fecha que tiene su origen en un evento crucial para la historia de la infraestructura regional: el I Congreso Panamericano de Carreteras, realizado en Buenos Aires entre el 5 y el 16 de octubre de 1925.
El congreso, que reunió a representantes de casi todos los países del continente, no solo sentó las primeras bases para las políticas viales y las reglamentaciones de tráfico, sino que también declaró el 5 de octubre como Día del Camino, marcando así el inicio de sus deliberaciones.
La celebración del Día del Camino evoca el desarrollo de la red de carreteras del país, que comenzó a consolidarse en los años posteriores al congreso, especialmente durante la década del 30, cuando la importancia de la red ferroviaria empezó a declinar, según un informe de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Inicialmente, esta red tenía un diseño radial, con la Ciudad de Buenos Aires como epicentro y una extensión limitada a la región pampeana. Recién en los años 60 se comenzó a trabajar en corredores viales en dirección este-oeste y norte-sur que descentralizaban el tránsito de Buenos Aires y Rosario.
En el marco de la consolidación de la infraestructura, se creó la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) en 1932. Por su parte, el Día del Trabajador Vial en Argentina se conmemora cada 4 de octubre, un día antes que el Día del Camino, por decisión del Sindicato de Trabajadores Viales y Afines. La fecha recuerda a Julio César Urdin, promotor del Barrio Vial en Ciudadela.
La historia de las carreteras argentinas ha estado marcada por cambios en su administración. En 1979, parte de la red principal pasó a manos de las provincias. El sistema de peajes tomó un gran impulso con las privatizaciones de la década del 90, cuando una tercera parte de la red pavimentada fue entregada en concesión a prestadores privados, obligando a los argentinos a pagar para circular por los principales corredores viales.
La conmemoración del Día del Camino también invita a reflexionar sobre la seguridad vial y las falencias que persisten. A pesar de la obligatoriedad de la Educación Vial, los accidentes de tránsito continúan siendo una preocupación.
T.B