- Por Lelia Castro -
Trevelin es el rincón patagónico que cada primavera se tiñe de colores gracias al Campo de Tulipanes. Hace unos años ya tiene un atractivo más que invita a mirar la belleza desde otra perspectiva: el cielo. Allí, entre vuelos en globo y avionetas, se encuentra Ezequiel “Queque” Parodi, piloto, instructor y alma detrás de Patagonia Bush Pilots, un emprendimiento que combina pasión, turismo y comunidad.
“Arrancamos ya con muchas flores en el Campo de Tulipanes, a diferencia de otros años que quizás por meteorología el cultivo se demoraba. Este año, cuando abrieron las puertas, estaban unos colores increíbles”.
“Desde el día uno que nos dejó la meteorología estuvimos volando con el globo, con los aviones, recibiendo un montón de gente y la verdad que bien, muy contentos”, dice. La demanda creció tanto que esta temporada incorporaron un nuevo sistema de reservas desarrollado por Dulce, una joven programadora local: “Nos armó un software muy bueno para las reservas. Ese fue uno de los mejores avances que tuvimos esta temporada”.
"El globo funciona en una modalidad que se llama cautiva, que es que sube como un ascensor y queda flotando. La sensación de estar flotando es muy distinta a cualquier cosa, no hay con qué se compare".
Además, nos cuenta Queque, este año implementaron promociones para que ningún vecino se pierda esta experiencia única: “Para la gente de Chubut y de Río Negro es un 10% de descuento y para los vecinos de Trevelin y Esquel es a la mitad de precio”.
"El globo genera, por ese espacio grande que tiene aire caliente, una resonancia que uno escucha hasta la respiración de los animalitos".
Para Queque, volar no es solo una profesión, sino una forma de vida. “Para mí es una forma de compartir esta pasión que yo tengo, de poder darle un regalo a la gente que viene a vivir esto”, confiesa. Uno de sus momentos preferidos es cuando el globo está en el aire: “Siempre invito a alguien y volamos alrededor del globo. Es muy lindo ver la gente, cómo sacan las fotos y te etiquetan después".
"Es compartir la pasión, básicamente eso. Es muy llenador.”
Los turistas y los vecinos no sólo disfrutan del vuelo, sino también del contacto cercano con los aviones: “Se sacan fotos con el avión, nos piden permiso para subir a los chicos, por supuesto los dejamos. Es lindo, es como que es llamativo”. Gracias al empuje y trabajo de Queque, Trevelin se convirtió en el único municipio de Argentina que permite aterrizajes fuera de pistas, en terrenos autorizados. “Es Alaska, Canadá y Trevelin. Es una locura lo que tenemos acá”, asegura con orgullo. Esta normativa abrió la puerta a un nuevo tipo de turismo aéreo que atrae visitantes todo el año y convierte a Trevelin en un centro de desarrollo en la Patagonia.
"Eso da un potencial a un turismo completamente diferente, no es el de los tulipanes, es un turismo que por lo general viene en verano, que vienen atraídos a esto de volar la Patagonia de una manera diferente".
“Este valle, tuve la suerte de volar de Alaska a Ushuaia, y te digo que es de los más lindos que volé, más amplios, más atractivos. Para esta actividad es uno de los mejores del mundo, sin lugar a duda”, afirma Queque con orgullo. Además, destaca que los grandes logros que cosechó siempre estuvieron acompañados de una gestión presente: "Obviamente con todo el acompañamiento de la gente que maneja el pueblo: el intendente, los concejales".
"No hay otro lugar de la Argentina y del mundo donde vos podes ir a ver tulipanes, podes volar un globo y podes salir a volar o aterrizar al lado de un cultivo de tulipanes".
Como comenta Queque, Patagonia Bush Pilots no sólo ofrece experiencias turísticas: también forma pilotos. “Lo primero que hicimos fue consolidarnos como un centro de instrucción de aviación civil certificado por la ANAC. Formamos pilotos todo el tiempo”, cuenta Parodi. “Ya hemos sacado pilotos comerciales, instructores de vuelo, y esta comunidad va creciendo", destaca.
"No somos una escuela masiva, somos una escuela exclusiva. No queremos tener 100 alumnos porque no podríamos darles la calidad de instrucción que le damos a 10, a 12, que son los que tenemos constantemente".
Hoy, Trevelin figura en el mapa mundial de la aviación general. “Tuve la suerte de ir a competir a Alaska este año, y la gente sabe dónde queda Trevelin", destaca Queque, y recuerda que en sus comienzos, Esquel contaba sólo con 2 aviones. Hoy en día, hay entre 4 y 6 aviones.
"Trevelin figura en este pequeño mundo de la aviación civil, gracias al acompañamiento, obviamente, de toda la gente que apoyó este proyecto".
Pero no todo es turismo y competencia. Parodi también está involucrado en la lucha contra los incendios forestales. “Me encantaría que Trevelin sea el primer municipio que tenga un avión hidrante para colaborar con bomberos y defensa civil”, dice con esperanza. Y agrega respecto a su labor: “Nosotros ayudamos desde el aire para decirles por dónde, si hay algún foco secundario... pero no sabés las ganas que da poder tirar 500 litros de agua arriba del fuego y ayudarlos desde el aire.”
"Yo hice mi curso de piloto de incendio. Estoy esperando poder tener un avión para poder ayudar ante un ataque temprano o ante algún incendio".
Cuando termina la temporada de tulipanes, comienza otro desafío: el Trevelin Fly-In, un evento aeronáutico que cada año crece más. “El año pasado vinieron 60. Yo calculo que este año un 50% más va a venir”, anticipa. En este sentido, Queque remarca que este movimiento traerá grandes beneficios a la economía local y eso, "es la idea también", concluye.
Agradecemos a Queque por brindarnos esta entrevista y por siempre trabajar para hacer de Trevelin uno de los destinos más destacados del mundo.