Un amplio operativo de rastrillaje se llevará adelante este fin de semana en una laguna ubicada entre la vivienda donde fue visto por última vez el vecino angosturense Carlos Ancapichun (ex casero de la reina Máxima) y el centro de esquí Antillanca, en territorio chileno.
Las tareas se organizan ante la hipótesis —cada vez más firme— de que el hombre pudo haber sido asesinado en el marco de un conflicto familiar en la localidad de Entre Lagos. Según confirmó su esposa, Marisol Coronado,el despliegue reunirá a equipos de búsqueda y rescate de ambos países. Desde Argentina participará personal de Búsqueda y Rescate de Villa La Angostura, mientras que desde Chile se sumarán buzos de Mehuín, Puerto Montt y la unidad UBRO de Osorno, junto a grupos particulares que ofrecieron su colaboración.
Además, se utilizará un robot submarino para explorar con mayor precisión el fondo de la laguna. La reconocida psíquica de Chimbarongo, Isabel Cristina Ávila, aseguró tener la percepción de que el cuerpo de Ancapichun estaría en ese sector, lo que motivó a la familia a impulsar esta nueva etapa de búsqueda.
Esta vidente ayudó a esclarecer el caso del empresario Francisco Yuraszek, entregó nuevas pistas en torno al deceso del menor Rodrigo Anfruns y recientemente participó en la búsqueda del montañista chileno Juan Pablo Mohr, lo que llevó a un equipo de Discovery Channel viniera desde Estados Unidos para entrevistarla.
Una desaparición que conmociona a Villa La Angostura Carlos Ancapichun, recordado vecino de Villa La Angostura y durante años casero del Cumelén Country Club —donde incluso trabajó para los Reyes de los Países Bajos—, desapareció el 13 de junio tras viajar a Entre Lagos para visitar a su familia. Marisol Coronado reiteró su profunda preocupación, sus sospechas y el pedido urgente de avances en una causa que se investiga como presunto homicidio y lleva 157 días.
Según relató Marisol, la desaparición de su marido se enmarca en una disputa familiar por una vivienda ubicada en Entre Lagos, propiedad que pertenecía a la madre de Ancapichun, fallecida durante la pandemia.
Tras la muerte de la madre, el hermanastro mayor habría quedado en posesión del inmueble. Sin embargo, el deseo de Carlos —según explicó su esposa— era que la propiedad se vendiera y que el dinero se repartiera equitativamente entre sus hermanos. Particularmente, buscaba beneficiar a un hermano con discapacidad motriz, una hermana que utiliza silla de ruedas y otra que padece diabetes avanzada.
“Creo que el enojo de la familia vino por eso, porque mi esposo quería vender su parte y repartirla”, afirmó Coronado. La mujer fue aún más contundente al referirse al hermanastro que su marido planeaba visitar ese día: “Tiene una discapacidad motriz, pero la maldad la tiene en la cabeza”.
Desde el 13 de junio, insiste, no tiene dudas sobre lo ocurrido: “Desde el día uno se lo dije a la PDI y a Carabineros: a mi marido me lo mataron. Nadie me dijo nada, pero no me voy a equivocar”.
confirmó que hay tres testigos —el hermanastro, el sobrino y el cuñado— que vieron llegar a Ancapichun a esa casa en Entre Lagos el día de su desaparición. “Lo vieron llegar, pero nadie pudo afirmar que lo vio salir. Ahí se me perdió mi esposo”, lamentó.
También desmintió la versión que sugería que el hombre habría ingresado a un campo cercano antes de perderse: “Eso es mentira. Ni siquiera entró al campo, porque sus botas estaban dentro de la camioneta. Entonces, mi esposo está descalzo en este momento”.
Según explicó, Carlos conocía muy bien la zona y jamás habría recorrido un campo en malas condiciones climáticas. “Fue una historia armada por la familia del hermanastro. Esto lo planificaron entre todos”, denunció.
Pocos días después de la desaparición, personal del centro de esquí Antillanca encontró la camioneta de Ancapichun cerrada y con todas sus pertenencias en el interior. La información fue comunicada a la familia por Carabineros, pero sin pistas sobre el paradero del hombre. Para Coronado, ese hallazgo refuerza la idea de que su esposo fue trasladado desde la casa del hermanastro hacia otro sitio.
Aseguró además que la investigación tuvo fallas desde el comienzo: “La investigación se hizo mal desde el primer día” y explicó que se realizaron peritajes en la casa del hermanastro, pero ninguno aportó indicios firmes.
En las últimas semanas, la causa dio un giro importante: pasó de “desaparición de persona” a presunto homicidio, y quedó bajo la órbita del fiscal de Osorno, José Vivallo. Coronado designó un abogado particular en Chile para que represente a la familia y supervise el avance de la investigación, informó La Angostura Digital.
El operativo de este fin de semana se perfila como el más amplio hasta ahora. El rastrillaje acuático en la laguna —ubicada en un punto estratégico entre el último lugar donde fue visto y el área del centro de esquí— podría aportar información clave. La familia sigue reclamando celeridad y transparencia. “El dolor de no saber dónde está mi esposo es insoportable”, finalizó Marisol Coronado.