La morosidad de los hogares alcanzó en septiembre un máximo histórico del 7,3%, según el Informe sobre Bancos del Banco Central (BCRA). Se trata del 11° aumento consecutivo, liderado por los préstamos personales (subieron al 9,1%) y las tarjetas de crédito (7,4%). En contraste, los créditos prendarios mostraron una leve alza y los hipotecarios permanecieron estables en 0,9%.
El incremento se vincula con las altas tasas de interés: los préstamos personales promediaron casi 82% en septiembre, muy por encima de la inflación proyectada del 20% para los próximos 12 meses. Tras las elecciones, estas tasas comenzaron a ceder, y en octubre los créditos personales registraron su primera caída real mensual (-0,3%) desde marzo de 2024, mientras que el financiamiento con tarjetas disminuyó 1%.
En el sector empresarial, la morosidad también creció, aunque de forma más moderada, pasando del 1,4% al 1,7%, principalmente en créditos prendarios. Combinando hogares y empresas, la irregularidad total subió del 3,7% al 4,2%, nivel similar al registrado a inicios de 2022.
Expertos destacan que la recuperación de las carteras dependerá no solo de la reducción de tasas, sino también de la extensión de los plazos de financiamiento.
R.G.