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06 de Noviembre de 2025
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“Marita Verón está viva”: el llamado que recibió la mamá de la joven desaparecida hace 23 años

Susana Trimarco dijo que el llamado llegó desde Paraguay “donde la vieron comiendo de la basura”. Fue un caso emblemático en el país que terminó con personas condenadas pero sin saber nada de la chica.

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En las últimas horas, Susana Trimarco , mamá de Marita Verón - desaparecida hace 23 años en Argentina - reveló que recibió una llamada desde Paraguay que indicaría que su hija estaría en "condiciones inhumanas".

 

“Me dijeron que Marita está viva en Paraguay. No puedo dejar pasar esto, tengo que averiguarlo”, dijo. La mujer estaría en situación de calle y habría sido vista "comiendo de la basura". De acuerdo a lo que le describieron está "carne y hueso", completamente deteriorada.

 

En una entrevista en el programa El Avispero, Trimarco contó que la llamaron en plena madrugada con una noticia devastadora: “Anoche a la 1:30 de la mañana recibí una noticia desde Asunción del Paraguay, de un pueblo, donde apareció una persona que está perdida de la cabeza, que anda comiendo de los basurales, que supuestamente es mi hija”.

 

Susana detalló que también se comunicaron con su equipo para comenzar la investigación de inmediato. “Me mandaron una foto que no la quiero mostrar porque es horrorosa. La situación de esa mujer, para mí como madre, fue como si me clavaran un puñal en el pecho”, contó.

 

"No puedo dormir pensando que mientras yo con la fundación ayudo a miles de mujeres, tenemos 360 asistidas que todos los meses retiran bolsones de comida, ayudamos las chicas con ropa, alimento, todo lo que fuera y supuestamente mi hija está como una persona indigente comiendo de la basura", cerró Trimarco.

 

El impacto de esa posible pista la obligó a Susana a poner orden en la ansiedad y, sobre todo, en el procedimiento. Según describió, entre otros pasos que se activaron: "Los abogados de la causa de mi hija ponen en conocimiento a la Justicia Federal porque dentro de la causa están los ADN, están las huellas dactilares de mi hija para que verifiquemos y veamos porque tenemos que investigar".

 

"La están buscando a mi hija en los cementerios, están trabajando los antropólogos, así que imagínate mi situación, te dicen una cosa, te dicen la otra. Es una manipulación psicológica que sufrimos todas las madres que tenemos estas situaciones tan terribles, difíciles que nos toca en la vida”, describió la mujer.

 

En la entrevista que mantuvo Trimarco, contó que no tenía pruebas concretas de lo que le habían revelado, que la llamada fue “detallada y respetuosa” y que la persona que la llamó le describió a una mujer similar a Marita en sus características físicas"

 

“Me hablaron con respeto, me dieron datos precisos. No sé si será cierto, pero lo tengo que investigar. Sería mi hija", afirmó, y agregó: “No me quiero ilusionar, pero no puedo mirar para otro lado".

 

El 3 de abril de 2002, María de los Ángeles “Marita” Verón salió de la casa de su madre en Tucumán para asistir a un control médico en la Maternidad Nuestra Señora de la Merced, pero nunca llegó a destino. Tenía 23 años y una hija de tres. Desde ese día, su madre, Susana Trimarco, inició una búsqueda que puso al descubierto una red de trata de personas con fines de explotación sexual que operaba en varias provincias del país.

 

Con el paso de los años, la Justicia determinó que Marita había sido secuestrada y trasladada a La Rioja, donde fue obligada a prostituirse en distintos locales. Testimonios de víctimas y testigos, entre ellos el de una mujer vinculada a la organización, permitieron confirmar la existencia de una estructura criminal dedicada a captar, trasladar y explotar mujeres dentro y fuera de la Argentina.

 

El juicio por su desaparición comenzó en 2012, diez años después del secuestro. A pesar de las pruebas reunidas, el tribunal absolvió a los 13 imputados, lo que provocó una profunda indignación social. La presión pública y el trabajo incansable de Trimarco lograron que la Corte Suprema de Tucumán revisara el fallo y ordenara condenar a diez de los acusados.

 

En abril de 2014, se dictaron penas de entre 10 y 22 años de prisión, decisión que fue confirmada en 2017 por la Sala II de la Cámara Penal, que dispuso además la detención inmediata de los condenados, quienes comenzaron entonces a cumplir sus sentencias.

 




 

 

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