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07 de Noviembre de 2025
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Sorprendente viaje de un tiburón: puede nadar 1.700 kilómetros desde la Patagonia hasta Uruguay

Es la especie conocida como gatopardo. Fue marcado por estudios en Puerto Deseado y apareció 8 meses después en las costas uruguayas.

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En febrero de este año, científicos del Laboratorio de Ecología de Peces del Centro para el

 

Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET) e integrantes del Laboratorio de Ecología

 

de Peces, marcaron en la Ría de Puerto Deseado, Santa Cruz, un ejemplar de tiburón

 

gatopardo. Ocho meses después, más precisamente el 10 de

 

octubre, esta hembra fue recapturada en aguas de Rocha, República Oriental del Uruguay, a

 

más de 1700 kilómetros de donde había sido originalmente marcada. Pescadores que

 

colaboran con el programa de seguimiento de las pesquerías recreativas marinas que

 

desarrolla la Unidad de Gestión Pesquera Atlántica (UGEPA) de la Dirección Nacional de

 

Recursos Acuáticos (DINARA) en La Paloma, capturaron un tiburón en las cercanías del Bajo

 

Falkland. Al inspeccionar de cerca el ejemplar, notaron la presencia de una marca convencional

 

ubicada próxima a la base de la aleta dorsal. Sabiendo de la importancia de este tipo de

 

registros, los pescadores Enrique Zunini, Federico Servetto y el “Chino” Olmos, se acercaron a

 

la UGEPA y mostraron el tiburón marcado a los técnicos de la DINARA. Se trataba de una

 

hembra de pintarroja, de unos 187 centímetros de largo total y 26 kilos de peso.

 

Al observar la marca, enseguida los técnicos se dieron cuenta de que provenía de un Programa

 

de Marcado de Tiburones de Argentina. Según indicaron, este hallazgo fue particularmente

 

emocionante dado que, hasta la fecha, sólo se habían reportado recapturas de otras especies

 

de tiburones provenientes de este y otros programas de marcado, como el trompa de cristal

 

 o el gatuzo.

 

Este no fue el único hallazgo, ya que 13 días más tarde, el 23 de octubre de 2025, Gastón y

 

Daniel Cagnone, pescadores artesanales de Costa Azul, Canelones, se encontraron es sus redes

 

con otro tiburón de la misma especie a aproximadamente un kilómetro de la costa de La

 

Floresta. Para sorpresa de todos, este tiburón, un macho adulto de 191 centímetros de largo

 

total y 40 kilos de peso, también tenía con una marca convencional al lado de su aleta dorsal.

 

Este ejemplar había sido marcado por Luis Martell el 15 de octubre de 2022 en Bahía Blanca,

 

por lo que este tiburón fue recapturado poco más de tres años después.

 

Gracias a la colaboración y gentileza de los pescadores recreativos y artesanales, técnicos de

 

DINARA pudieron examinar ambos ejemplares y tomar datos y muestras biológicas. Además,

 

las marcas convencionales tienen un número único, un nombre y una dirección de referencia

 

adónde debe reportarse la marca, permitiendo de este modo conocer los movimientos de

 

estos tiburones en su área de distribución y estimar su crecimiento, entre otros aspectos. Al

 

analizar las marcas, los técnicos de DINARA advirtieron que cada tiburón había sido marcado

 

por un programa distinto de marcado de Argentina. La primera recaptura era originaria del

 

programa de marcado del CESIMAR, mientras que la segunda provenía del programa

 

“Conservar Tiburones en Argentina” de la WCS Argentina, el Museo de La Plata y el Museo

 

Argentino de Ciencias Naturales.

 

“La extensión de la captura, que es de casi un extremo al otro de la distribución de la especie,

 

cierra más de diez años de investigación sobre un predador tope del Mar Argentino del que

 

prácticamente no sabíamos nada. Empezamos una serie de trabajos, estudiamos zonas en

 

Chubut, Santa Cruz, Río Negro y Buenos Aires y en uno de los últimos trabajos propusimos un

 

modelo teórico de migración del tiburón gatopardo a lo largo del Atlántico Sur incluyendo

 

Argentina, Uruguay y una parte del sur de Brasil. Con esta recaptura y otras más tenemos

 

evidencia de que ese modelo estaba bien”, expresó Alejo Irigoyen, investigador del CESIMAR e

 

integrante del proyecto junto a Gastón Trobiani.

 

Con información del CONICET

 

 

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