Desde Paso Ancho, Abel Fassio y Noel han logrado convertir un pequeño cultivo de frambuesas en un emprendimiento que trasciende sabores y fronteras. Su proyecto, Paso Ancho Berries, nació en 2014 cerca de Trevelin y con el tiempo se transformó en una marca con identidad, compromiso con la producción local y una clara apuesta a la innovación.
“Empezamos cultivando berries en Paso Ancho, y de ahí viene el nombre”, cuenta Abel. Por aquellos años también comenzaba a funcionar el CAPEC (Centro de Apoyo a la Producción de Esquel y la Comarca), y la invitación a sumarse llegó justo a tiempo. “Nos convocaron para presentarnos el proyecto del lugar, y desde entonces estamos acá”, recuerda.
Con el correr del tiempo, la sala del CAPEC se convirtió en su centro operativo. “Es un lugar que usamos intensamente, donde desarrollamos muchos productos, con los altibajos típicos de cualquier emprendimiento en el país: problemas, soluciones, dificultades económicas, de infraestructura… pero seguimos adelante”, destaca Abel.
El emprendimiento se dedica al cultivo de frambuesa como variedad principal, pero también cuenta con sauco, corinto y yostaberri. Además, llevan adelante junto al CIEFAP un trabajo experimental para cultivar calafate en forma intensiva, un paso inédito para esta fruta silvestre emblemática de la Patagonia.
Con los frutos comenzaron elaborando dulces con azúcar, aunque dándole una estética distinta a lo que se conocía hasta ese momento. “El dulce patagónico tenía una imagen muy tradicional, con tulipa, como un mantelito. Nosotros apuntamos a un consumidor más moderno, que buscaba otra cosa”, explica.
Asimismo, ampliaron la oferta con la elaboración de jugos naturales de frambuesa, arándanos, como también maracuyá y limón misionero, en alianza con productores de Misiones.
Hoy, el catálogo incluye también vinagres, dulces sin azúcar, frutas en conserva y nuevas pruebas de productos que buscan “salirse del molde” clásico de la industria de berries.
Comercialización y expansión
Con el respaldo del registro nacional de alimentos de la sala del CAPEC, Paso Ancho Berries pudo comenzar a distribuir sus productos en distintos puntos del país. Hoy están presentes en comercios de Córdoba, Santa Cruz y Buenos Aires, además de Trevelin y Esquel, donde la comunidad los reconoce como un referente local. También venden online a través de su página web, y han tenido intentos de exportación con compradores interesados en sus productos.
Una apuesta al futuro: vino de fruta
Uno de los proyectos más ambiciosos en los que están trabajando es la elaboración de vinos de fruta. La idea nació a partir de una alianza con un enólogo del Valle de Uco, Mendoza, con quien ya hicieron varias pruebas. Sin embargo, enfrentan un gran obstáculo: la normativa actual considera al vino exclusivamente como un derivado de la uva, lo que complica su registro y comercialización.
“Tenemos que sortear el aspecto administrativo, porque el producto está muy bueno. No es un vino para comer con un asado, pero sí es una experiencia diferente, algo que vale la pena probar”, sostiene Abel.
A eso se suma una limitación estructural: en la sala actual no cuentan con espacio específico para las fermentaciones necesarias en este tipo de producción. “Estamos viendo si se puede adaptar un espacio en el CAPEC o si producimos en Mendoza”, explica.
En ese sentido, Abel no duda en hacer un llamado a quienes puedan colaborar: “Este proyecto necesita apoyo. Si alguien tiene interés o posibilidad de ayudarnos a desarrollarlo, estamos abiertos a sumar aliados”.
C.S.