Martín Miguel de Güemes no siempre tuvo el reconocimiento que merecía. Durante mucho tiempo, su figura quedó relegada en los relatos históricos de Argentina frente a nombres como San Martín o Belgrano. Sin embargo, su rol en la lucha por la independencia argentina fue tan crucial como estratégico: sin la defensa del norte que él lideró, el sueño libertador habría sido casi imposible.
Nacido en Salta el 8 de febrero de 1785, Güemes fue militar desde joven. Su formación lo llevó a combatir contra los británicos en la defensa de Buenos Aires en 1806, y más tarde se sumó con firmeza a la causa revolucionaria. Lo que lo distingue en la historia es su liderazgo en la denominada "Guerra Gaucha": una serie de enfrentamientos irregulares en los que, junto a milicias compuestas principalmente por gauchos del norte, logró contener sucesivas invasiones del ejército realista español desde el Alto Perú.
Güemes no solo fue un general brillante, sino también un líder profundamente comprometido con su pueblo. Gobernador de Salta desde 1815 hasta su muerte en 1821, implementó medidas sociales para los sectores más desprotegidos y mantuvo la independencia de la provincia frente a amenazas internas y externas.
Su muerte, el 17 de junio de 1821, fue consecuencia de una emboscada realista. Herido de bala, resistió en los cerros salteños durante varios días hasta fallecer, rodeado de sus hombres. A pesar de su sacrificio, su figura fue históricamente opacada por los grandes próceres nacionales, aunque con los años fue recuperando el lugar que le corresponde.
En 2016, el Congreso Nacional sancionó la ley que estableció el 17 de junio como feriado nacional en su memoria. La fecha busca no solo recordar su muerte, sino también reivindicar su aporte a la causa de la independencia y a la construcción de una identidad federal.
R.G.