El invierno en la Comarca tiene ritmo propio. La nieve suaviza los sonidos, los colores se vuelven más tenues y el tiempo parece ralentizarse. En ese contexto, Laberinto Patagonia, ubicado en El Hoyo, ofrece una propuesta turística inigualable: un paseo místico entre senderos blancos, árboles centenarios y geometrías sagradas.
Desde el 5 de julio hasta el 3 de agosto, este atractivo abrirá todos los días a partir de las 11 hs y hasta que oscurezca, invitando a locales y turistas a perderse –y encontrarse– entre sus 2200 metros de senderos trazados con precisión casi espiritual.
Un paseo que es más que un juego
El Laberinto Patagonia es un recorrido físico, pero también es un viaje interior.
Fundado por Doris García Romera y su pareja en 1996, y abierto al público en 2013, fue concebido desde el inicio como una obra de arte viviente, diseñada con influencias de la Kabbalah, la filosofía y la geometría sagrada. Todo lo que allí sucede está cuidadosamente pensado para que el visitante no solo camine, sino también sienta.
El más grande de Sudamérica… y más allá
Ubicado a solo 3,7 km del centro de El Hoyo, el laberinto está emplazado sobre una loma con vistas panorámicas a la cordillera. Sus 8000 m² de cerco vivo lo convierten en el más grande de Sudamérica, el segundo de América (solo superado por uno en México) y el quinto a nivel mundial.
Durante el invierno, recorrerlo bajo la nieve multiplica su magnetismo. Las risas suenan más suaves, los pasos se hacen más lentos, y cada cruce de caminos parece parte de un cuento.
Cómo llegar y qué tener en cuenta
Ubicación: a 3,7 km del casco urbano de El Hoyo, siguiendo el camino hacia El Desemboque. El recorrido está bien señalizado y también se puede hacer a pie.
Horarios de invierno: todos los días desde las 11 hs hasta el anochecer. En esta época, el cierre se estima alrededor de las 18:30 hs.
Próxima apertura: del 5 de julio al 3 de agosto.
Sugerencia: llevar calzado adecuado, abrigo en capas y prepararse para desconectar del reloj. En el laberinto, el tiempo tiene su propio ritmo.
Para todas las edades
Tanto chicos como grandes disfrutan de este paseo singular. Mientras algunos caminan seguros hacia el centro, otros se detienen, dudan, retroceden… y aprenden algo en el camino. Porque el laberinto se recorre, pero también se escucha, se siente, se espeja.
Ya sea en verano o bajo el embrujo del invierno, Laberinto Patagonia ofrece algo más que un entretenido paseo: una experiencia transformadora.
O.P