Tres estudiantes de la Escuela Politécnica de Esquel, Iago Iturburu Jones, Franco Ríos y Federico Jones, desarrollaron un innovador proyecto socio-comunitario llamado “Desarrollando Jugando”. La iniciativa, que surgió como parte de su formación en electromecánica, consiste en la creación de dos mesas sensoriales diseñadas para niños con discapacidades o neurodivergencias.
Los jóvenes detectaron una falta de herramientas pedagógicas en el área de la discapacidad y, a partir de esa necesidad, diseñaron dos prototipos. El primero es una mesa en la que se debe mover una figura de un punto a otro. En el camino, los profesionales pueden añadir pictogramas para representar rutinas o tareas. Al completarse el recorrido, se activa una barra de progreso que, al llenarse, libera un incentivo personalizable, como burbujas, sonidos o luces.
El segundo dispositivo es una mesa con seis figuras que deben ser colocadas en sus respectivos agujeros. Una vez completada la tarea, también se activa un incentivo similar. Para ayudar a los niños con disminución visual, las figuras cuentan con colores de contraste y relieves que les permiten guiarse por el tacto.
El proyecto, que se basa en el derecho de los niños a jugar, surgió como un requisito escolar y fue desarrollado a partir de entrevistas con más de diez profesionales (terapistas ocupacionales, psicopedagogos y psicólogos) y visitas a escuelas especiales y jardines de infancia. Las mesas, una vez finalizadas, serán donadas al Centro de Servicios Alternativos y Complementarios (CESAC) de Trevelin.
Gracias al impacto de la iniciativa, la Municipalidad de Trevelin, a través de la gestión de Milcar Infante y el intendente, financió la creación de los dispositivos
F.P