La seguridad en las comisarías vuelve a quedar en el centro del debate cada vez que un detenido logra escapar de un lugar que, en teoría, debería garantizar su custodia. Estas fugas no solo exponen posibles fallas en los protocolos internos, sino que también generan preocupación en la localidad, que asume que los detenidos están bajo estricto control policial.
En los últimos años se registraron varios casos en diferentes puntos del país, donde delincuentes que se encontraban privados de libertad lograron evadirse, incluso sin violencia ni enfrentamientos. Muchos de estos episodios tienen puntos en común: fallas en la vigilancia, edificios en mal estado o entradas que no están bien controladas.
El pasado martes 9 de septiembre, un peligroso delincuente identificado como Pablo Emanuel Gutiérrez Aranda logró escapar de la Comisaría Tercera de la ciudad de Caleta Olivia, Santa Cruz.
El hecho ocurrió en el sector de guardia de la dependencia policial, desde donde el detenido corrió hacia los patios del barrio 2 de Abril, una zona próxima a la comisaría.
Luego de constatar que el preso había escapado, la Policía de Santa Cruz desplegó un importante operativo de búsqueda, con participación de distintas unidades. El accionar se concentró principalmente en el barrio mencionado, bajo la sospecha de que el prófugo no había logrado ir demasiado lejos.
En ese marco, durante la noche, se supo que Gutiérrez Aranda fue hallado escondido en un edificio a oscuras, a escasa distancia del punto inicial de su huida. De esta manera, fue recapturado y trasladado nuevamente a la comisaría. En el momento de la detención estaba acurrucado contra una pared, con frío ya que tenía poco abrigo.
Con respecto a este caso, se iniciará una investigación interna para determinar cómo logró evitar la custodia y fugarse de la comisaría. Hasta el momento, no se han informado sanciones ni detalles sobre posibles fallas en el protocolo de seguridad.