En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, llevado a cabo en el día de ayer, se llevó a cabo la 16° Sesión Ordinaria del Concejo Deliberante de Puerto Madryn donde Virginia Rizzardi, de Buenos Vínculos, habló de la temática al ocupar la Banca del Vecino. Asimismo, en la plaza San Martín se inauguró el Banco Amarillo junto a la presencia del intendente Gustavo Sastre como una acción de prevenir el suicidio. Se informó que los casos en Madryn superan la media nacional lo que puso en alerta a sectores involucrados en el tema.
“El suicidio es sufrimiento, todo lo demás es prejuicio” comenzó exponiendo la vecina, para explicar que “Buenos vínculos, un grupo que se armó desde una necesidad, desde un abrazo que no tuvimos el día que perdimos a nuestro ser querido. Golpeando puertas y buscando dando respuestas, nos unimos en el dolor y transformamos ese amor que teníamos por nuestros seres queridos en acción”.
Con relación a los objetivos que persiguen Rizzardi explicó “no nos conformamos con llorarlos y recordarlos, sino que queremos hacer algo por la comunidad”. Ante la mirada de los legisladores y legisladoras la mujer afirmó “en lo que va del año, en la ciudad de Puerto Madryn, hubo nueve suicidios y estamos por encima de la media nacional” acotando que “La Más Linda tiene que ser la más linda en todo”.
Desde allí que explicó “este año imprimimos una campaña con más fuerza y más energía tratando de visibilizar el color amarillo, que es el que identifica la lucha por la prevención del suicidio”.
Junto a ello, remarcó que “hablar de suicidio es importante y debemos ser enfáticos, precisos, directos y tener empatía” acotando “de suicidio sí se habla, porque hablar sana, hablar previene, hablar salva”.
Rizzardi señaló que en Buenos Vínculos “necesitamos profesionales formados, pero también necesitamos vecinos que pregunten cómo estás, amistades que sostengan, profesores que escuchen, familias que aprendan a validar, medios que nos dejen hablar nos den el espacio.
Necesitamos un sistema que no mande a casa a alguien con un montón de ansiolíticos y antidepresivos cuando acaba de verbalizar que lo único que quiere es morirse. El que se suicida no se quiere morir, quiere dejar de sufrir. Necesitamos recursos que estén a la altura de las vidas que queremos proteger y que no y nos queda un largo camino, pero podemos hacerlo. Necesitamos también compromiso colectivo, dejar de enviar hacia el otro lado, dejar de pensar esto es cosa de psicólogos, psiquiatras o de la medicina”.
Para concluir la representante de “Buenos Vínculos” aclaró que “no es tarea mía hacer pedagogía del suicidio ni de la salud mental. Solo sabe que sepan que existimos que estamos para escuchar, estamos para recibir a las familias que así lo necesiten, que así lo requieran y ser un puente con sí las los medios de salud que hay en la ciudad como el hospital y los centros barriales”.