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21 de Septiembre de 2025
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Día de la Sanidad: Patricia y una vocación que abraza en el Lago Futalaufquen

Patricia Salina cuida a su gente desde hace 18 años. La Sanidad es parte de su historia.

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En la vastedad del Parque Nacional Los Alerces, Patricia Salina, Técnica Superior en Salud Comunitaria, no solo atiende enfermedades; teje lazos de familia y apoyo, demostrando que la sanidad rural es una labor de cuerpo y alma que se extiende más allá de cualquier horario laboral. Su dedicación es un faro de compromiso en este Día de la Sanidad.


(Patricia Salina, lleva 18 años trabajando para la comunidad rural de Lago Futalaufquen).

Mi nombre es Patricia Anabel Salina, soy trabajadora de salud en terreno aquí en el Parque Nacional Los Alerces”; con estas palabras, Patricia Salina, describe su rol en el puesto sanitario del Lago Futalaufquen. Nacida y criada dentro del Parque,  lleva 18 años dedicados a la sanidad de su comunidad, una labor que define como un orgullo.

 

Su conexión con los residentes es profunda, ya que conoce a todos y todos la conocen, lo que genera una “preferencia por mi gente, digo yo, porque siempre digo, mi gente”.

 

La medicina del "oído que escucha"

 

El trabajo de Patricia se centra en el primer nivel de atención y la convierte en la cara visible y el nexo entre el puesto de salud y la comunidad. Abarca una jurisdicción extensa, desde la Portada Centro hasta la Portada Norte; aunque la población estable dentro del Parque se ha reducido a aproximadamente 250 personas -mayoritariamente adultos entre 60 y 90 años-; esto permite un seguimiento más personalizado ante cada problemática.

 

Para Patricia, el “andar en terreno es lo más lindo”. Más que una simple revisión médica, sus visitas incluyen seguimientos a pacientes crónicos; control del niño sano; vacunación; métodos anticonceptivos; y el control de programas especiales como el de zoonosis, crucial para prevenir la hidatidosis y la rabia mediante la desparasitación y antirrábicos de perros y gatos.


(Patricia, también lleva el control de desparasitación y antirrábicos de perros y gatos).

 

Sin embargo, a menudo, la medicina más vital es la emocional: “a veces ni siquiera se tratan temas de salud, sino por ahí eso, el oído que escucha las problemáticas que tiene la gente”. Este acompañamiento es especialmente importante para las personas que están solas.

 

La respuesta de la comunidad a su esfuerzo es conmovedora; Patricia confiesa que siempre vuelve a casa “con regalos, tortas fritas, plantas; huevos”. Este cariño y reconocimiento son el verdadero mimo al valor de su trabajo.

 

Compromiso las 24 horas

 

La labor en la zona rural exige una dedicación extraordinaria. Patricia no cumple un horario de oficina; su trabajo “sigue fuera de horario, sigue en vacaciones”. Su teléfono está siempre abierto para contestar mensajes a cualquier hora ante cualquier necesidad o inquietud de salud.

 

El desafío de la geografía es constante. Las poblaciones están muy dispersas, con viviendas separadas por varios kilómetros. En otoño e invierno, con lluvia o nieve, las salidas se programan teniendo en cuenta la accesibilidad de los caminos y puentes. Cuando el acceso es difícil, Patricia trabaja en conjunto con personal de Incendios, Comunicaciones y Emergencias (ICE), quienes facilitan vehículos 4x4; destacando así, la importante colaboración entre las instituciones del Parque.

 

Para las urgencias y emergencias, el puesto realiza la primera atención, que incluye el uso de un desfibrilador y elementos de curación. La derivación se realiza al hospital de referencia en Trevelin. Además, cuentan con el recurso fundamental de una doctora que viene desde el Hospital de Trevelin cada 15 días, lo cual es vital para la población.

 

Ver crecer generaciones

 

Tras casi dos décadas de servicio, Patricia ha sido testigo del ciclo vital de la comunidad, acompañando a sus residentes en los momentos más importantes. “Somos casi familia de todos”, explica emocionada.

 

Ha tenido experiencias que la han marcado profundamente, como el seguimiento de un embarazo de una mujer en su terreno, un caso que “nació dentro del puesto” simbólicamente; y otro, de atención a una bebé que nació fuera de término y hoy se traduce en el abrazo de la niña.


(Patricia ve egresar del secundario a chicos a quienes vio nacer).

 

Habiendo pasado 18 años, Patricia ha visto “pasar generaciones”. En la escuela, ve egresar del secundario a chicos a quienes vio nacer. Pero su labor más sensible es con la población adulta: “me ha tocado que se me han ido muchos abuelos porque son todos mis abuelos, digo yo, mis abuelas de corazón, mis abuelos de corazón”. Patricia los acompaña hasta el último momento, aprendiendo incluso de ellos sobre la medicina alternativa y el uso de yuyos. La clave para llegar a ellos en sus últimos días es la escucha, el mate y la paciencia.

 

En este Día de la Sanidad, Patricia Salina envía un mensaje de fuerza y compromiso a sus colegas: “pongamos todo nuestro esfuerzo, nuestro compromiso para con la población que tenemos a cargo”. Los objetivos, asegura, se ven a largo plazo y la recompensa más grande es, muchas veces, tan solo un abrazo; sin embargo, es aquel acto de amor, lo que la hace elegir día a día esta profesión en la ruralidad.

 

Lic. Maira Flores.

 

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