Más allá de los nombres en el podio y los tiempos finales, el reciente Tetratlón Douglas Berwyn de Esquel fue una verdadera fiesta del deporte de montaña y un ejemplo de organización comunitaria. Con el Club Andino Esquel (CAE) a la cabeza, la carrera, que celebra su 34ª edición, combinó las disciplinas de trail running, en reemplazo del esquí (porque no había la nieve suficiente) , mountain bike, kayak y running, y demostró ser, una vez más, una de las pruebas más desafiantes y atractivas de la región. En la ceremonia de premiación se observan rostros llenos de experiencia, muchos que fueron formándose año a año, otros que empezaron en equipo, cada uno con su fuerte y luego animándose largar de forma individual, como un desafío personal.
Gran convocatoria y la fuerza organizativa
La convocatoria fue impresionante: 190 corredores (aunque otras fuentes hablan de más de 170) de toda la región se dieron cita para enfrentar los exigentes circuitos, tanto en el circuito largo como en el corto. El número que realmente habla del espíritu de la prueba es el de la gente que trabajó para hacerla posible: nada menos que 150 personas estuvieron involucradas en la organización. Este equipo humano, compuesto por personal, socios y miembros de la comisión directiva del Club Andino Esquel, demostró un compromiso inquebrantable, como cada año.
Un esfuerzo de equipo y seguridad
El éxito de la carrera fue también un logro interinstitucional. La organización del CAE destacó la fundamental colaboración de una larga lista de entidades que garantizaron la seguridad y la logística en cada tramo del recorrido. Entre ellas se encontraban: Seguridad Civil Municipal, Tránsito Municipal, Ejército, Gendarmería, Policía Comunitaria, Policía GRIM, Aspirantes de Policía, Grupo de Búsqueda y Rescate, Pesca Provincial, Defensa Civil de Chubut, Chubut Deportes y Lotería del Chubut.
Esta articulación de esfuerzos es clave para una prueba de la envergadura del Tetratlón, con más de 60 kilómetros de recorrido total en sus circuitos largos, y que se desarrolla en un entorno natural tan cambiante y exigente.
La mística del clima patagónico y el espíritu de los corredores
Si algo distingue a la Patagonia es su clima indomable, y el Tetratlón no fue la excepción. La jornada fue una ruleta de condiciones meteorológicas: los competidores y el público pasaron por viento, lluvia, una intensa nevada matinal que sorprendió en La Hoya, luego sol, y de nuevo viento y llovizna. La largada incluso tuvo que demorarse casi una hora debido a la intensidad del viento y la nieve en el CAM La Hoya.
Sin embargo, en lugar de ser un impedimento, este desafío climático pareció inyectar una energía especial a la carrera, haciendo de esta una jornada "épica" según varios participantes. La organización observó con alegría la buena predisposición de la gente a pesar de la inestabilidad. Los corredores, desde el más chico al más grande, se adaptaron de manera notable a cada cambio, manteniendo el espíritu y la alegría. A pesar de los desafíos, todo se desarrolló de forma normal y la satisfacción era palpable en el rostro de cada participante al cruzar la meta.
El Tetratlón Douglas Berwyn de Esquel no es solo una carrera; es una experiencia que celebra la resiliencia, el compañerismo y la pasión por el deporte en contacto con la naturaleza más pura, gracias al enorme trabajo y la calidez humana que el Club Andino Esquel pone en cada edición.
E.B.W.