El maltrato animal volvió a golpear fuerte en Las Heras y esta vez la indignación se transformó en un grito colectivo. Dos caballos fueron encontrados en estado crítico en la zona de chacras noroeste de la localidad, desnutridos, con heridas profundas y sin acceso a agua ni alimento. Uno de ellos, tendido en el suelo, ya no podía sostenerse en pie y presentaba carne viva en el lomo producto de viejas lesiones nunca tratadas. La escena estremeció a los vecinos que, ante la inacción oficial, decidieron salvar la vida de los animales por sus propios medios.
La solidaridad se hizo visible de inmediato: se organizaron para reunir dinero, aportar medicamentos, llevar pasto y hasta improvisar un sistema de atención de urgencia. Durante más de diez horas canalizaron a uno de los equinos, le aplicaron antibióticos, calmantes y sueros. En total, recibió once sueros en menos de un día. Contra todos los pronósticos, el caballo resistió. La comunidad lo rodeó con cuidado y esperanza, convencida de que todavía tenía fuerzas para seguir viviendo, y que merecía hacerlo en libertad y sin maltrato.
Mientras tanto, la respuesta institucional brillaba por su ausencia. El presidente de la Unión Vecinal de Zona de Chacra, Claudio Pierrastegui, denunció el destrato del personal de zoonosis y relató que, pese a los reiterados llamados y pedidos de intervención, recién este lunes pasadas las once de la mañana se hizo presente la primera comitiva oficial. Para entonces, la vida de los caballos dependía exclusivamente de la asistencia improvisada por los vecinos. “Si alguien no puede cumplir su rol debe dar un paso al costado. No se puede dejar a un animal agonizando hasta que llegue el lunes”, expresó con indignación.
La Defensoría Pública Oficial de Las Heras, a cargo de la doctora Sandra Reynoso Velázquez, tomó cartas en el asunto y presentó un pedido urgente ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial, Laboral, Minería y de Familia. El expediente 10830/2025 fue resuelto de manera inmediata: la providencia, firmada electrónicamente por Ghio Guillermo Plácido, habilitó días y horas inhábiles para que un oficial de justicia constatara el estado de los animales, tomara fotografías y contara con el auxilio de la fuerza pública en caso de resistencia. La intervención judicial reflejó la gravedad de lo ocurrido y dio un respaldo legal a la comunidad que ya se había puesto al frente del rescate.
La situación de la manzana 776 no es un hecho aislado. En la zona hay otros caballos y perros que atraviesan condiciones similares de abandono. Desde la Unión Vecinal aseguran que llevan más de un año denunciando estas prácticas sin recibir respuestas concretas. “Hay muchos caballos desnutridos, maltratados y sin atención. No queremos que esto vuelva a repetirse”, remarcaron.
Hoy los dos caballos siguen con vida gracias al esfuerzo comunitario. Son los propios vecinos quienes continúan haciéndose cargo de su salud, con medicación y cuidados básicos. Claudio Pierrastegui confirmó ante La Opinión Austral que solicitó formalmente a la Justicia que los equinos queden bajo su custodia personal, con el objetivo de garantizar la recuperación de los animales y evitar que vuelvan a ser víctimas de maltrato.
Lo ocurrido en Las Heras dejó en claro que la vida animal no puede quedar librada a la desidia. Fueron los vecinos, con su compromiso y solidaridad, quienes impidieron que dos caballos murieran abandonados. La Justicia ya actuó, pero ahora la sociedad espera que las sanciones sean ejemplares y que nunca más un ser vivo sea condenado a la indiferencia y al sufrimiento evitable.