Así comenzó la historia.
Por este hecho del 31 julio de 2017, donde Santiago Maldonado participaba, según testimonio de sus propios "cumpas", cortando la ruta, asolando y amenazando la seguridad de gente de bien que circulaba por el lugar, el juez Otranto ordenó acertadamente la inmediata liberación de la ruta, la detención de los delincuentes y su posterior identificación para ser sometidos al debido proceso penal según lo establece el Código.
Cuando Gendarmería Nacional procede a hacer cumplir la Constitución y las leyes, Santiago Maldonado, que estaba encapuchado y participando del maloneo RAM, solidarizándose con la usurpación de propiedad privada y los reclamos separatistas de los lamien, los peñi y los wichafes, desgraciadamente pierde su vida en circunstancias que la justicia está investigando y que deberá esclarecer en beneficio al derecho de los familiares de Santiago y de la sociedad toda de conocer la verdad sin importar a quien perjudique o a quien beneficie esa verdad jurídica.
- Se lo llevó Gendarmería -tal como lo asegura una y otra vez el testigo Matías Santana-???
- Lo mato Gendarmería y luego lo reintrodujo en "territorio sagrado" plantándoles el cadáver nuevamente en el río en las narices de los RAM???
- Se ahogo en el río tratando de cruzarlo para huir de las fuerzas regulares del Estado nacional???
- ¿Lo mato el gendarme Echazú en una lucha cuerpo a cuerpo dejándolo tirado en el río, tal como sugiere el defensor oficial Machado, y nadie lo encontró hasta el pasado 17 Octubre?
Interrogantes todos que quedarán debidamente aclarados luego de la autopsia en la que participaron con total transparencia los especialistas forenses bajo la tutela del Juez Lleral.
Sea cual sea el motivo de su desgraciada muerte, reitero lo que ya he dicho en otras ocasiones y que me ha costado el linchamiento mediático de un mayoritario sector de la sociedad: Si Santiago no hubiera estado allí, solidarizándose con una causa enemiga a los intereses de la Nación Argentina, hoy no estaríamos llorando su innecesaria y absurda muerte, que nos duele por ilógica y por prematura.
Me pongo por un minuto en los zapatos de los padres y del resto de la familia de este chico y el dolor me resulta insoportable. Yo también he perdido una hija de 15 años de manera absurda y hasta evitable. Se o intuyo saber lo que pueden estar viviendo sus seres queridos, los que lo criaron y educaron.
Si Santiago hubiera sido mi hijo, y hubiera estado yo al tanto de lo que estaba haciendo, lo hubiera ido a buscar y me lo hubiera traído a casa del fundillo de pantalón y le hubiera advertido de los peligros que corría perdiendo el tiempo en solidarizarse con causas de tan extrema peligrosidad. Y finalmente le hubiera aconsejado que deje de jugar al hippie con OSDE y se ponga a trabajar o a estudiar algo útil para sí mismo y para el resto de la humanidad.
Dolorosamente Santiago pago con su vida la adhesión a una causa separatista que ofende los intereses de la Nación. Una causa violenta que intenta, como la de los años 70- embarcarnos en una lucha a sangre y fuego- tal como lo prometió Jones Huala frente al propio juez Otranto en la primera audiencia de extradición.
Una lucha a sangre y fuego que ya tuvo muchas otras y anteriores víctimas como Marcia Parada, la dueña de este vehículo; o Luis Rastellini, el dueño del camión incendiado; o Evaristo Jones, el puestero al que le incendiaron su puesto en el campo.
La justicia no sólo debe esclarecer la muerte de Maldonado, también debe esclarecer el resto de los muchos y pasados delitos que no contaron ni con la atención de los organismos del curro de los derechos humanos ni de los medios de comunicación nacional.
¡Que se sepa!!!