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18 de Abril de 2017
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El Comando Sur en Argentina: ¿Se prepara el terreno para la instalación de bases militares de Estados Unidos en Argentina?

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Hace aproximadamente un año se comenzó contemplar en los medios la posibilidad de la instalación de bases militares norteamericanas en Argentina. En los mismos, se afirmaban que el presidente Macri, “abría las puertas” a la instalación de bases en territorio nacional.
Un año después de que se pusiera la situación en debate, y debido a la importancia que tiene tal temática para el desarrollo estratégico del país y la región, la idea es informar sobre el estado de situación actual.
Tal como afirmaba Telma Luzzani en 2012, América Latina es (casi) íntegramente un “Territorio vigilado”. De todas maneras, en ese contexto nuestro país compartía el privilegio con otros pocos países del Cono Sur (Brasil, Uruguay, Bolivia, Ecuador y Venezuela), de no tener bases de operaciones estadounidenses en su interior.
Las reflexiones de la autora respecto a la necesidad de la presencia militar en la región responden a la simple razón de que “Estados Unidos, no sería la potencia que es sin el control económico y político de Latinoamérica”.
En los últimos 15 años, las posibilidades de ejercer un “control total” en el continente se vieron fuertemente limitadas por la presencia de gobiernos que decidieron distanciarse de los mandatos del Norte.
Por medio de la creación de espacios políticos de concertación latinoamericanos, se buscó ir aislando a los Estados Unidos de las decisiones tomadas en el ámbito regional, como así también neutralizando algunas de las iniciativas que tenían por objetivo golpear las democracias latinoamericanas (caso de Bolivia en 2008, Ecuador en 2010, lo cual deriva en la realización del protocolo contra golpes de Estado que se dicta en el marco de UNASUR en 2010).
Por otra parte, en los últimos años, Estados Unidos también fue testigo de cómo su “patio trasero” tejía alianzas extra-regionales con sus principales enemigos estratégicos en el ámbito internacional, China y Rusia, fundamentalmente.
Sin embargo, el cambio de “color” en la gestión de diversos países latinoamericanos supuso un mayor acercamiento y entendimiento con Washington. Este nuevo contexto se presenta como una oportunidad para los norteamericanos, primero para distanciar a sus enemigos globales de la región y segundo para “cerrar el cerco sobre los recursos naturales que tenemos en nuestra América”. Una de las estrategias contempladas es la instalación de bases militares (quien plantea esto es la reconocida especialista en geopolítica estratégica y defensa nacional, Elsa Bruzzone).
Ahora bien, el gobierno nacional: ¿está dispuesto a ceder soberanía para mantener las buenas relaciones con Estados Unidos? Muchas decisiones tomadas en el ámbito internacional parecieran indicar que sí. Hay tres casos que son significativos.
Primero, somos testigos de un reclamo de soberanía por las Islas Malvinas mucho más tibio e incluso tendiente a fortalecer la posición del Reino Unido.
Segundo, el arreglo con los fondos buitres. En este acuerdo se demostró que solo había intenciones de demostrar confianza al mercado (y a Estados Unidos) al abandonar la postura tomada en años anteriores. Recordemos que la posición de Argentina en el conflicto se estaba reforzando debido al creciente apoyo de la comunidad internacional. En 2014 más de 80 países se pronunciaron a favor de nuestro país en el marco de las Naciones Unidas y presionaron para que en septiembre de 2015 (dentro del mismo organismo) se aprobara una resolución apoyada por 136 países y solo 6 en contra (Estados Unidos, Alemania, Canadá, Japón e Israel) que respaldaba a Argentina en el litigio.
Tercero, el rol del país en el ámbito regional. El esfuerzo por “desideologizar” o “despolitizar” la región. Lo que se busca es fragmentar y debilitar espacios que tuvieron una posición alejada de los norteamericanos, y fortalecer a aquellos que ponen al mercado y las buenas relaciones con los Estados Unidos por encima del interés nacional, la autonomía y la independencia. Esta situación se demuestra en el bajo interés otorgado a la UNASUR,  la CELAC  y el ALBA, y el giro que se le quiere dar al MERCOSUR, priorizando exclusivamente su agenda comercial, mediante el acercamiento a la Alianza del Pacifico o el pretendido acuerdo de libre comercio del bloque con la Unión Europea. Se aspira a ser un interlocutor de la potencia en la región.
El debate en torno a la instalación de bases militares en Argentina salió a la luz luego de la visita de Obama en marzo de 2016. En la cual el presidente argentino acordó la llegada de personal militar norteamericano para “colaborar en tareas científicas, en la defensa y el control del narcotráfico”
De acuerdo a la información que circuló, los espacios en los que buscan desplegarse las fuerzas norteamericanas son; en Tierra del Fuego y en la zona de la “Triple Frontera”, más precisamente en Misiones.
La elección de los espacios responde exclusivamente a las cuestiones geoestratégicas que guían la proyección planetaria de Estados Unidos, con el fin de garantizarse los recursos vitales para su desarrollo.
De esta manera, con la base de Tierra del Fuego (Ushuaia), se asegurarían; el control del estrecho de Magallanes, único paso que conecta el Océano Atlántico sur con el Pacifico sur. Si se tiene en cuenta que la base se ubicaría en el territorio continental más cercano a la Antártida, se podría interpretar que Estados Unidos está jugando una carta fuerte por el control del continente blanco. De acuerdo con Elsa Bruzzone, en la península antártica se encuentra la mayor reserva de hidrocarburos de la región, así como también la presencia de minerales indispensables para la industria militar y aeroespacial, además la Antártida es la principal reserva de agua dulce congelada del mundo.
Por otra parte, con la base en la “Triple frontera” (Misiones-Puerto Iguazú) se asegurarían el control del denominado “Acuífero Guaraní”, cuarta reserva subterránea de agua dulce del mundo. El agua es el recurso estratégico más importante que disputaremos en nuestro siglo, sin agua dulce, la humanidad se extingue.
Lamentablemente, de un año a esta parte, las negociaciones han seguido su camino, y el 14 diciembre de 2016, el Ministerio de Defensa argentino, a través del informe de prensa N° 523/16, hacía público la firma de un convenio con Estados Unidos para formar parte del Programa de Colaboración Estatal del Departamento de Defensa o State Partnership Program (SPP).
El convenio expresa que se autoriza a la Guardia Nacional del Estado de Georgia (quien sería la operadora del COMANDO SUR en Argentina) a llevar a cabo operaciones militares en lo que respecta a seguridad y defensa. También se explicita que la Guardia Nacional puede operar en el país asociado e incluso tomar decisiones por sobre las propias fuerzas armadas y de seguridad locales.
En este antecedente existe otro claro ejemplo de delegación de soberanía. Lo que nos hace pensar, que la intención de instalar las bases militares es real, y podría estar más cerca.
Sin embargo, aún no está todo dicho. La ratificación del convenio debe pasar por el Congreso Nacional, recordemos que el 1 de marzo de 2017, se dio apertura a las sesiones ordinarias y este tema todavía no se ha tratado. Por otra parte, es posible que se pueda ampliar algo luego de la reunión Trump-Macri, el próximo 27 de abril.

 

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