Los homenajes a las víctimas del incendio del boliche República de Cromañón, ocurrido el 30 de diciembre de 2004 y en el que murieron 194 personas, empezaron ayer con recitales de bandas de rock y continuaron hoy con una misa y una marcha hasta el santuario situado frente a la sede del local, en la zona de Once.
Se organizó una serie de homenajes coordinados por distintas organizaciones de víctimas y familiares, que tuvieron lugar en plazas y espacios públicos de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.
Misa
Familiares, amigos y sobrevivientes del incendio de Cromañón participaron esta tarde de la misa anual en la Catedral Metropolitana, que presidió el arzobispo coadjutor de San Juan, Jorge Lozano, junto al cardenal de Buenos Aires, Mario Poli.
María Rosa, quien perdió a su hija Soledad Baratta en la tragedia y participó de la misa, afirmó que "el tiempo no apacigua el dolor". "Es una ausencia que duele más cada año. Venir a la misa es una contención, uno tiene esa fe que te ayuda a vivir. Nada volvió a ser lo mismo en la vida de todos los que pasamos por esto, pero la seguimos peleando", dijo a la agencia Télam.
Por su parte Raúl, quien también perdió a su hija Sofía en el boliche situado en el barrio porteño de Once, donde el 30 de diciembre de 2004 se presentó el grupo de rock Callejeros, contó a esta agencia que "en esta época del año caen en un estado de tristeza y memoria". "Venimos todo el año tratando de pilotearla, tratando de hacernos los fuertes pero cuando llega esta época lamentablemente caemos en un estado de memoria, de tristeza, de recordar lo que pasó y lo que se luchó", expresó emocionado.
A ese recital habían asistido, además de Sofía, sus hermanos Martín y Santiago, quienes sobrevivieron. "Sofía tenía 17 años cuando la perdí. Mis hijos Martín y Santiago, de 19 y 15, sobrevivieron", recordó. Y completó: "Lo bueno es que conocemos a muchos sobrevivientes que estaban muy mal y ahora están bien. Tienen proyectos y esperanza, y eso nos da fuerza a los padres para seguir".