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25 de Abril de 2018
opinion |
Bulín Fernández

La ciudad de las esculturas

La columna de Bulín Fernández para RED43

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Talar la piedra o la madera para darle diferentes formas o representaciones viene de la época paleontológica. No importa el rincón del mundo que se elija, siempre en cada lugar hay referencias que emulan aquello y muestran a quien quiere verlas, una forma de expresión cultural que remite a su historia, a sus personajes, a sus raíces y hasta la “locura” de quien expresó su sentimiento en el arte.

 

Esta idea de esculpir, tallar o moldear elementos no le ha ido en zaga en nuestro Esquel, donde existen expresiones de diferente índole y artistas que permiten embellecer espacios públicos, promover la cultura y abrir cabezas desde el análisis de lo que se muestra o expresa.

 

Si le sumamos la pintura, volveremos a recorrer la historia de artistas locales que dejaron su huella, no siempre bien difundida o valorada como para entender que en la casa de al lado nuestro, vive también un artista; que no todo remite a lo que los medios nacionales nos muestran desde otras latitudes.

 

La oferta se ve ampliada cuando escuchamos a turistas que han recorrido la Avenida  Perón a pie o en vehículo, para resaltar una serie de esculturas de los últimos años, que permiten una atracción diferente.

 

La propuesta de hoy consiste en convertir a Esquel, en los próximos cinco años, en la Ciudad de las Esculturas, donde un proyecto permita planificar un desarrollo participativo y asistido que genere canalizar la expresión de nuestros artistas para con su pueblo.

 

Seleccionar los espacios, motivar a los artistas, promocionar a los nuevos, empujar ideas colectivas de los sectores sociales y desarrollar una planificación no resulta ni complejo ni oneroso si se toma la determinación.

 

Si llegamos a un total de cien esculturas públicas en ese lapso, seguramente se convertirá en un polo más de atracción para quienes, por diferentes motivos, nos visitan y recorren durante el año.

 

Piedra, madera, yeso, arcilla sumados al hierro, al bronce, la cera y hasta la chatarra que hoy solo suma óxido en los basurales, son elementos simples de proveer a los jóvenes estudiantes, a los mayores artistas o a los grupos comunitarios para que expresen sus ideas, sus historias y su visión de cada etapa de la historia de nuestra ciudad.

 

Desde el área de Cultura y Educación se puede convocar al armado del proyecto donde se programen los tiempos, los espacios y hasta los incentivos para promover la idea de la Ciudad de las Esculturas.

 

Como nos pasa a quienes hemos tenido la oportunidad de conocer otros lugares y con ello recordarlos con una foto, un video o una compra específica; Esquel puede generar un nuevo atractivo a bajo costo, con una expresión plena de nuestra cultura.

 

Por solo citar un ejemplo simple, podemos tomar el Manneken Pis de Bruselas, hoy convertido en un símbolo con una leyenda difusa y dimensiones pequeñas. Esta estatuilla no sólo se quedó como símbolo de una ciudad desde 1388 que hasta fue leyenda por su robo. Su reproducción y venta genera un movimiento económico de sumo interés para quienes fomentan el turismo en la bella ciudad europea.

 

Tenemos recursos humanos en cantidad y calidad como para permitirnos pensar y desarrollar ideas que nos superen en el tiempo. Si se califican y premian 20 esculturas al año, con costos accesibles, nuevas generaciones podrán disfrutarlo.

 

 

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