20 de Julio de 2019
deportes |

“Me intrigó no saber nada de Chipre, por eso acepté la propuesta”

Imperdible mano a mano con Pablo Guzmán, antes de cruzar el océano

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Todo arrancó con un llamado telefónico. Son esos llamados que te cambian la vida. Pablo jugaba en los Juveniles de Ríver Plate y ya se encontraba en Esquel, de vacaciones, pensando en aprobar algunas materias del secundario para pasar de año.

 

Era la tarde del 29 de enero del 2007, hace doce años, cuando recibió el llamado del entrenador de River del equipo profesional.

 

El llamado fue de Ricardo Solla. La fatídica racha de lesiones de los dos centrales de River (Horodko y Vaca) hizo que el técnico debiera recurrir de urgencia a Pablo Guzmán, quien apenas tenía 18 años y quien nunca había jugado un partido de Liga.

 

River tenía que jugar en los días siguientes en Misiones y en Formosa. Pablo se encontraba en su casa, jugando a la Play con sus hermanos.

 

“Fue todo muy rápido. Me llamó Ricky (Solla) el lunes a la tarde y justo a esa hora los locales de Aerolíneas ya estaban cerrados. Me quedé esa noche jugando a la Play con mi hermano y a las 7 de la mañana del día siguiente me fui para Bariloche, mientras mis viejos desde Esquel me sacaban los pasajes para tomarme un avión desde ahí hasta Capital”, relató en aquel momento Pablo Guzmán.

 

A las 6 de la tarde de ese mismo día ya estaba entrenando en River, arrancaba una nueva historia.

 

Contra Misiones tuvo su debut a nivel Liga con el triunfo de River por 3 a 1. “No jugué tan mal y estuvo muy bueno porque estaba con mis compañeros de entrenamiento y nos fue bien. En ese momento me puse en la cabeza que contra Formosa tenía que jugar muy bien porque quería ganarme el puesto de tercer central”.

 

20 puntos (14 de ataque y 6 de bloqueo) convirtieron a Pablo Guzmán en el máximo anotador en el partido ante La Unión de Formosa, en su segundo partido de Liga. “En mi vida había jugado un partido tan bueno como ese”, destacó en ese momento.

 

Todo comenzó ahí. ¿Qué hubiese pasado, si aquella tarde Pablo no hubiese atendido el teléfono? Uno nunca sabe.

 

Doce años más tarde y después de una vasta carrera en el vóley profesional, Pablo se irá a Chipre. El muchacho nacido en Alto Rio Senguer hará su tercera experiencia en el vóley extranjero, estuvo un año en Francia defendiendo los colores del Asnieres, el año pasado recaló en Finlandia, en el equipo de Raision Loimu.

 

A días de emprender una escala por Neuquén para entrenar con sus amigos de Centenario, en una especie de pretemporada, Pablo Guzmán jugará en Chipre, en un lugar que no conoce y que lo intriga. “porque no conocía el lugar y me intrigaba, acepté la propuesta que me hizo mi manager”, destacó Pablo.

 

El equipo será Nea Salamina Famagusta, quien en la temporada pasada terminó quinto en el Nivel 1 del vóley de Chipre.

 

“Tenía tres propuestas para elegir, una era Bélgica, la otra Rumania y la tercera de Chipre y me decidí por esta, porque me intrigaba el lugar, no conocía nada”.

 

Muy familiero, cada vez que viene a Esquel le quedan corto los días. Comparte el tiempo con su familia, con su novia y con muchos de sus amigos.

 

Pero también tuvo un ratito para conversar con Red 43, donde habló de todo. Fue en el Gimnasio Humano, lugar familiar por cierto, donde después de un entrenamiento físico, mates por medio, contó cómo se inició todo. Cuándo se dio cuenta que era jugador profesional, con qué equipo se sintió mejor en su carrera profesional y, lo importante, habló del apoyo familiar, sobre todo de su padre Daniel, quien le enseñó los primeros “pininos” en esto del vóley, quien fue el que le inyectó la vacuna del vóley, la vacuna del compromiso para ganar y ser el mejor.

 

Entrevista completa con Pablo Guzmán

 

 

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