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Preocupación por menores que fingen su desaparición en Esquel

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Recientemente, se han registrado algunos casos de menores desaparecidos en Esquel que no son tal: los jóvenes deciden irse con una pareja o un familiar y fingen encontrarse en una mala situación o, simplemente, no responden a los llamados de sus padres o tutores.

 

En el día de ayer, una mujer denunció en Comisaría Seccional Segunda la “desaparición” de su hija menor a quien había visto por última vez el jueves. Mientras ella trabajaba en un comercio en la avenida Fontana, su hija le dijo que iría a la Plaza San Martín, para encontrarse con unos amigos. Luego, se acercó al comercio un joven buscándola, pero, como no estaba, se retiró.

 

A las 00:30, la madre cerró el local y salió a buscar a su hija, pero no la encontró por ningún lado, no contestaba las llamadas ni respondía mensajes aunque su celular estaba encendido. Recién el sábado la madre decidió informar a la policía porque recibió la noticia, por parte de una amiga de su hija, de que había enviado mensajes de auxilio, indicando que la tenían secuestrada, atada en una silla, y que la habían drogado. 

 

Inmediatamente se activó el protocolo de búsqueda de personas, dándole prioridad debido a que podría estar en riesgo su vida. El personal policial de Investigaciones, bajo el mando del subcomisario Pablo Carrizo, procedió a entrevistar a las amistades de la menor, efectuar rápidamente un relevamiento de cámaras de seguridad y solicitar la colaboración de la comunidad por intermedio de los medios de prensa y redes sociales.

 

También debieron abandonar otras tareas a las que estaban abocados, como el Carnaval de los Vecinos o el motoencuentro. Luego de la intensa búsqueda, personal que se encontraba en la zona del centro la vio caminando con dirección hacia el comercio de su madre, acompañada de un joven (mayor de edad) y los padres de este. Todos fueron interceptados y, después de una charla, los padres del joven dijeron que la menor había estado en su domicilio, ya que es la novia de su hijo, y que desconocían que estaba siendo intensamente buscada hasta que tomaron conocimiento por las redes sociales.

 

De todos modos, de acuerdo con el protocolo, fueron conducidos hasta la Comisaría Seccional Segunda, donde por orden del fiscal de turno imputaron al joven el delito de rapto. Ahora, la Justicia debe averiguar si se trató de una mentira de la joven para no regresar a su domicilio. Cuando la madre la retiró de la Comisaría, fue ella quien decidió denunciarlo, y la menor fue llevada al Hospital Zonal, donde se procedió a un examen médico para constatar posibles lesiones o efectos de drogas. En el examen, no hallaron señales de ninguna de estas dos cosas.

 

El personal de investigaciones aclaró que no se trata de la primera vez que la menor se ausenta de su domicilio. A pesar de resultar reincidente, en todos los casos de denuncia de averiguación de paradero, se debe inmediatamente activar un protocolo de búsqueda de personas, dándose aún mayor prioridad cuando resultan ser menores de edad. A este caso, se sumó la gravedad de que la menor habría enviado los mensajes dando a entender que estaba en riesgo su vida.

 

Todo causó una gran movilización y preocupación, desde la del personal policial hasta la de la comunidad, que colaboró al compartir el caso y estuvo atenta a la búsqueda sin que fuera necesario, cuando la persona se encontraba sana y salva.

 

Recuerda a la moraleja de la fábula atribuida a Esopo, "El pastor mentiroso": "Nunca digas mentiras si quieres que luego las personas te crean. Di siempre la verdad y las personas acudirán en tu ayuda cada vez que lo precises".

 

Desde la policía y la comunidad, se solicita que las personas de la zona eviten causar movilizaciones de estas características. Pueden generar un grave problema de escepticismo en el futuro, en el cual, cuando haya algún caso real, los habitantes decidan no ayudar y ocurra un hecho de gravedad.

 

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