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Cuando se habla de autismo, me acuerdo de Brian Hernández

El niño está en cuarentena esperando el regreso del Karting Cordillerano

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En el 2017 escuchó por primera vez el ruido de un karting. A partir de ese momento se le abrió un mundo fantástico. Cuando apenas Brian tenía 4 años los médicos le diagnosticaron autismo. Un momento de angustia para la familia que no supieron que hacer desde ese momento, hasta que resonó aquel rugido mágico. El del motor de un karting.

 

A partir de ese entonces, Brian encontró en el karting una manera de desarrollarse e integrarse a la sociedad.

 

Hoy maneja en la pista y participa junto a pilotos que lo acompañan en el Kartódromo "Tosca Hernández" de la ciudad de Esquel. Esta situación le cambió la vida y lo ayuda en su tratamiento.

 

Habla, se ríe, busca interacción con otras personas y por sobre todo se lo ve feliz. Brian es el único piloto con autismo de Argentina y uno de los pocos que se conoce en el mundo.

 

Recordemos que Franco Peláez se interiorizó de este caso y se puso a trabajar en “Piloto del Silencio”, una bella historia de vida puesta en un documental.

 

La historia reciente es la más conocida. Aldo “el loro” Arbe, escuchó a los padres angustiados y ofreció su ayuda para que Brian se suba a un karting y pueda observar su comportamiento.

 

En un día de ensayos en el Kartódromo “Tosca Hernández”, se hizo un simulacro de carrera en 110 c.c., y Brian Hernández fue mostrando su conocimiento en el manejo del Karting así como también las indicaciones de los banderilleros y comisario deportivo. 

 

En aquel momento, el representante del automovilismo nacional en Chubut, Mario Orellano y el presidente de la  Federación Chubutense, Ricardo Lagos, se mostraron sorprendidos del trabajo que ha hecho la categoría a favor de un jovencito con autismo e hicieron públicas sus felicitaciones.

 

Una de las particularidades de esta patología es el rechazo a los ruidos y es de ahí donde aparece lo atípico del caso. El karting emite ruidos y genera adrenalina.

 

Claro que la economía pegó en el bajo vientre a muchos de nosotros, más en el este tipo de trabajo, donde para muchos no es esencial. El Estado no puede mirar para otro lado, tiene que apoyar este tipo de emprendimiento para que la historia de Brian se conozca en todo el mundo y para que el mismo Brian Hernández se integre a este mismo mundo, como se lo merece.

 

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