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Primera mano: Dos Pozos, el lugar donde podés encontrarte cara a cara con los elefantes marinos

En un recorrido por este increíble lugar, los guías te llevan a muy pocos metros de estos gigantes marinos, de entre 2000 y 3000 kilos de peso. Enterate de todo sobre esta experiencia única y el trabajo de la reserva natural.

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La reserva Dos Pozos, ubicada en la Ruta Provincial Nº 1, a 20 kilómetros de Punta Tombo, es uno de los ecosistemas en los que, no hace tanto tiempo, comenzaron a instalarse ejemplares de elefantes marinos.

 

En 2009, en el lugar, aparecieron dos elefantes: hoy, en 2020, hay más de 200 de estos animales, en el nuevo ecosistema que eligieron. Los primeros eran juveniles: estaban en el lugar un tiempo breve y se iban. En la actualidad, hay una colonia reproductiva completa, con siete harenes, machos que luchan por el dominio de las hembras y crías.

 

Pesan tres toneladas y media y pasan el 90% de su vida en el mar. Son originarios de las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, cerca de la Antártida. Llegan a la costa argentina en temporada de muda y en temporada reproductiva. Los machos aparecen a partir de agosto, hasta fines de noviembre o principios de diciembre: las hembras llegan después de la llegada de los machos y tienen allí a sus crías. Es la única área de cría continental fuera de la Antártida.

 

El crecimiento anual de la cantidad de animales en el lugar es de un 30%. Se desarrollan en otras zonas, como Península Valdés, y conviven con los pingüinos y la fauna terrestre de la estepa patagónica.

 

En 2008, se creó la Fundación Dos Pozos, a la que se donaron las tierras de la estancia donde se encuentran los animales, para desarrollar un proyecto de conservación. Guido Pepa Morelli, uno de los creadores, nos cuenta que las investigaciones y las visitas de científicos impulsan los afanes de conservación.

 

“Nos generó un mayor compromiso hacia la fauna: que nuestro trabajo, en lo referido al proyecto de conservación, siga adelante, ya que año a año va creciendo y se nota que las cosas las estamos haciendo bien”.

 

El lugar ha sido visitado por investigadores del CONICET, que, por ejemplo, accedieron a la costa para pesar un elefante, una tarea muy compleja. Por otra parte, en diversos estudios, se ha descubierto que pueden bucear hasta 1800 metros de profundidad y se alimentan, principalmente, de calamar.

 

Turismo naturaleza

 

La fundación se mantiene, en parte, con los aportes de los visitantes que llegan a la región en búsqueda de esta experiencia natural. Morelli explicó que hay muchos visitantes, extranjeros, nacionales y regionales.

 

“Tenemos la suerte de estar al lado de Punta Tombo, que es el gigante de los pingüinos y, además, contamos con el asfalto, entonces la gente con vehículos de bajo porte puede ingresar”.

 

Las visitas se realizan en grupos reducidos y los guías llevan a los turistas muy cerca de los animales: pueden estar a entre ocho y cinco metros.

 

“La distancia, generalmente, la pone el animal: no uno”.

 

La estancia La Antonieta también tiene su historia. Se fundó en 1918 como un establecimiento ganadero y lo sigue siendo, pero, actualmente, incursionó en el agroturismo.

 

En su caso, la pandemia afectó las visitas, pero, a su vez, generó un nuevo repunte del turismo naturaleza y de los grandes espacios, ventaja más que clara para la zona y para Chubut.

 

El lugar se encuentra a una hora del aeropuerto de Trelew, hacia el sur, por la ruta Nacional número 3 hasta la ruta provincial número 1.

 

Todo esto y mucho más, en una nueva edición de Primera mano, el programa conducido por Martín Berrade. ¡No te lo pierdas!

 

Imágenes: Daniel Feldman

 

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