Si hubiese sido otro jugador, agarraba el bolso y se iba. Su mamá no la está pasando bien y a pesar de ello se quedó con sus amigos para darle a San Martín una alegría que tanto esperaba y merecía.
Hizo un gol soñado desde hace tiempo, el de la victoria, el del campeonato. Nos quedó la duda sobre su posición de cara al arco, parecía "orsai" y el juez de línea, paradito en la línea que nada marcaba y cuya angustia crecía.
Merecida victoria para un San Martín que hizo los méritos suficientes, sobre todo en la segunda parte cuando Fontana solo aguantó el partido y el empate que lo beneficiaba.
No estará el domingo, acompañará a su madre y a su familia en estos momentos difíciles, pero Diego Solis ya hizo su parte, el gol soñado desde muy chiquito.